El influjo de sustancias psicodélicas en el cerebro humano es un tema fascinante –y lo ha sido históricamente. Las cualidades psicoactivas de estas sustancias llevan la mente a deslizarse sobre fronteras en las que pareciera comprobarse que muchos de los postulados que rigen la realidad "tradicional" están equivocados. En parte por esto, se presume, es que los psicodélicos han sido perseguidos severamente por gobiernos e instituciones que preferirían mantener las reglas claras (sobre todo porque ellos son quienes las definieron).
Pero pasando a un plano científico, recién se realizó un análisis, mediante escáners, que arrojó evidencia de lo que aparentemente se trata de estados elevados de conciencia registrados en la actividad cerebral de una persona mientras se encuentra bajo el efecto de psicodélicos. Diversos voluntarios saludables consumieron LSD, psilocibina o ketamina, y mostraron una mayor actividad cerebral aleatoria durante la influencia de estas sustancias.
Investigadores de la Universidad de Sussex y del Imperial College, midieron la actividad neuronal de personas bajo el efecto de psicoactivos. Notaron que la actividad cerebral es significativamente menos predecible en estas situaciones, comparado a la actividad de una persona que está despierta pero que no ha ingerido un psicodélico.
Robin Carhart-Harris, investigador del Imperial College, advierte en el inesperado incremento de aleatoriedad neuronal el posible reflejo de un estado de conciencia más elevado, y recalcó en la importancia de este estudio dentro del cambio de paradigmas:
Las personas tienden a asociar frases como "estados elevados de conciencia" con una retórica hippie y sinsentidos místicos. Este es potencialmente el inicio de la desmitificación, demostrando su sustento biológico y psicológico. Probablemente esta es una manifestación neuronal de apertura de mente.
El revelador estudio fue publicado en Scientific Reports justo el día en que se conmemora el 74 aniversario de la primer ingesta de LSD en la historia, protagonizada por el gran doctor Albert Hofmann.