Ciertas experiencias pueden dejar una profunda huella en nosotros. La manera en que vemos al mundo está moldeada por estos episodios que, cuando resultan negativos, nos limitan hasta conducirnos por rincones oscuros una y otra vez. Nuestro corazón se llena de tristeza, inseguridad y frustración.
El desapego es fundamental para transformar estas experiencias y evolucionar hacia una nueva percepción de la vida que nos permita tomar el camino correcto para sentirnos plenos e iluminar nuestra conciencia.
Aquí tres pasos cruciales para abandonar estos hábitos.
1. Aléjate de las distracciones
Son adicciones emocionales que mantienen a tu mente apaciguada dentro de tu cuerpo, se encuentran dentro de la televisión, la radio, las revistas y las redes sociales.
Estos pequeños escapes provocan cierto tipo de pensamiento que deriva en una forma de estar y sentir que los hace más necesarios mientras prolongan un ciclo de pensamiento negativo.
Piensa en tu programa o canción favoritos. ¿Cómo te hacen sentir? Disparan emociones asociadas a esos recuerdos, éstos producen pensamientos que alimentan tus sentimientos negativos. Estos distractores te alejan de la noción de que eres tú quien crea estas emociones.
Mientras más te adentres en este ciclo, más difícil será sobreponerte a la adicción emocional y separarte del dolor y el sufrimiento que experimentas.
2. Da tu atención a lo que se la merece
En situaciones difíciles, es muy común intentar escapar del dolor o reprimir los recuerdos. Esto sólo provoca que éstos se manifiesten negativamente generando caos en otros aspectos de nuestra vida. Esta es la razón principal por la que comenzar un proceso de sanación adecuado resulta fundamental.
Al aceptar nuestro dolor y concientizar nuestros sentimientos nos acercamos a la solución. Cuando nos enfrentamos a nuestro dolor, podemos empoderarnos a través de él para crecer. Se aprende más de las experiencias negativas y es esencial aceptar, de la mejor manera, el dolor derivado de ellas.
No cargues máscaras. Reconoce tu dolor, platica contigo, confróntalo e intenta entender por qué te sientes de esa manera hasta lograr comprenderte más.
3. Sé más consciente
Una vez que has asumido tu dolor, es tiempo de liberarte de los patrones y ciclos de pensamientos negativos.
Eso sólo puede lograrse si comprendes esto: cada vez que tenemos un pensamiento generamos sustancias en nuestro cerebro que provocan reacciones químicas. Al igual que en las adicciones físicas, podemos volvernos dependientes a esas sustancias y reacciones. Prolongamos los pensamientos negativos para garantizar que esas sustancias seguirán produciéndose en nuestro cuerpo.
Por eso librarse de estos hábitos de negatividad puede resultar tan difícil como dejar una adicción. Cuando estás al tanto de esta función puedes determinar tus acciones y acabar con el sufrimiento. Al cambiar nuestra forma de pensar, podemos cambiar nuestra forma de sentir y generar reacciones químicas más positivas.