El deshielo es una realidad ecológica innegable de nuestra época. Hay quien discute la existencia del calentamiento global, si éste es una consecuencia directa de la actividad humana o si es un proceso natural, y mientras tanto, los grandes glaciares en los polos del planeta están, literalmente, haciéndose agua, derritiéndose y aumentando así los niveles de los océanos, provocando inundaciones donde antes no ocurrían, alterando la vida, las dinámicas marítimas y más.
Y por si no hubiera suficiente evidencia al respecto, hoy se dio a conocer una muy circunstancial y también muy elocuente. Debido a este deshielo, una base nuclear que el gobierno de Estados Unidos construyó en secreto en Groenlandia, ahora ha quedado expuesta.
A finales de la década de 1950, el gobierno estadounidense acordó con el de Dinamarca construir un generador nuclear al noroeste de Groenlandia, en una zona conocida como Thule. El gobierno danés, a quien correspondía la jurisdicción de dicho territorio, aceptó sin saber que ese proyecto encubría el propósito de instalar una base militar capaz de disparar misiles por debajo del hielo a países soviéticos. Esta operación se conoció como “Proyecto Iceworm” y se mantuvo vigente durante casi 10 años, hasta el clímax de la Guerra Fría.
Debido a lo inestable del terreno glaciar, el proyecto fue abandonado, pero esto sin remover responsablemente miles de toneladas de material nuclear, el cual se creyó que quedaría sepultado por el hielo para siempre, sin contar que, varias décadas después, una circunstancia totalmente imprevisible lo pondría al descubierto.
Expertos en ecología temen ahora que dicho material se haya esparcido por la zona, en especial un químico conocido como policlorobifenilo, altamente tóxico para la vida y especialmente cancerígeno para el ser humano. Se dice que el material está enterrado bajo una capa de 35 metros de hielo, la cual científicos sugieren que podría derretirse en 75 años.