Lo que Tim Leary fue para el LSD en los 60, Terence McKenna fue para el DMT y los "hongos mágicos" en los 90. McKenna se convirtió en una de las primeras estrellas de la contracultura en Internet compartiendo sus desaforadas experiencias con sustancias psicodélicas con una encantadora narrativa, dueña de un duende muy peculiar y una caleidoscópica imaginación. Así se tejió esta nueva mitología psicodélica donde los ángeles y los aliens podían encontrarse en la oscuridad de una habitación en cualquier suburbio del mundo con 5gr de un enteógeno y un poco del espíritu temerario que es necesario para ser un buen psiconauta. Hay que decir que McKenna ensalzaba sus descripciones, representaba un papel --el del bardo o el histrión-- y se refocilaba en escucharse a sí mismo, con riquísimas analogías, siendo un hombre muy culto, versado lo mismo en la vanguardia de la ciencia que en magia y alquimia renacentista.
Para tener una experiencia psicodélica genuina McKenna recomendaba tomar lo que llamaba "dosis heroicas", esto es, dosis suficientemente fuertes para sentir y casi dejarse poseer por los efectos de los psicodélicos, específicamente del DMT y de los "hongos mágicos", que era con los que había experimentado con mejores resultados. Estas dosis heroicas, sin embargo, no son para todos, deben ser enfrentadas solamente por aquellos que tienen una psique madura y estable, que son capaces de relajarse y de no tomar sus visiones demasiado en serio --tomando de Robert Anton Wilson: nunca invoques a un demonio que no sepas también cómo desvanecer. Debemos mencionar que el mismo McKenna dejó de tomar "hongos mágicos" por poco más de 1 década después de un sendo malviaje, e incluso algunos especulan que el tumor cerebral que lo llevó a la muerte pudo haber estado relacionado con su consumo de psicodélicos. La versión de los "hongos mágicos" de McKenna es, pues, mágica pero también bastante desafiante y un poco ruda, especialmente en comparación con los nuevos protocolos que están emergiendo del renacimiento de la medicina psicodélica donde se está utilizando con éxito psilocibina bajo supervisión médica para tratar cosas como la depresión, la ansiedad o incluso para dejar de fumar. Con esta advertencia, traducimos aquí fragmentos de lo que es básicamente una guía para tomar "hongos mágicos" (psilocibina).
La primera recomendación que hacía McKenna en términos generales, para todos los viajes psicodélicos pero seguramente también para la vida en general, era "poner atención y respirar". Esto es algo que lo acompañaba desde su infancia y adolescencia, cuando se interesó por los fósiles y las mariposas y lo que llamó una cierta iridiscencia en la naturaleza. Por supuesto, esto también es la instrucción básica del "mindfulness" que está tan de moda.
Sobre los "hongos mágicos" explica: "Los tomo con un estómago vacío, no como 6 horas antes y los tomo en la oscuridad silenciosa. La otra cosa importante es pesar la dosis, porque 5gr es lo que quieres y mucha gente realmente no sabe lo que son 5gr", lo que hace que tomen y no lleguen a la "dosis heroica", a través de la cual se tiene una experiencia cabal de la sustancia.
"A muchas personas no les gusta el sabor, pero yo los mastico solos, nada de eso de mezclarlos con mermelada". En el caso de que sean frescos, dice que la dosis debe ser de 60gr:
Hay que esperar un rato, para mí el efecto empieza 1 hora 20 minutos después, pero puede empezar un poco antes, ya que creo que soy muy resistente... Mientras [comienza el efecto] hago lo que los buenos católicos llaman una 'examinación de conciencia', esto significa pensar sobre todos los miedos que anticipas que te pueden asaltar durante el viaje y las debilidades de tu carácter... si haces eso, te enfrentas al hecho de que eres un cretino tantas veces en esa hora que ya no tienes que lidiar con esto y generalmente es más suave.
Entre los signos físicos distintivos están: "te hace bostezar y hace que fluya la mucosa en la nariz".
Es importante, desde antes de iniciar el viaje, tomar una determinación y no cejar:
Es bueno decidir antes de que haga efecto que no se alterará el plan, es decir que uno se quedará donde está, porque no tardará en empezar a hacerte pensar en que sería mejor si estuvieras en otro lado o si cambiarás esta otra cosa pero no, uno debe sostener el espacio y quedarse sentado ahí... y cuando llega es como una medusa o una bufanda de seda que te rodea y en ese momento pues creo que lo que hago es rezar, y le digo "estoy completamente en tus manos, soy tuyo, estoy completamente comprometido, no estoy reservándome nada, por favor no me lastimes"... y empieza algo que llamo una insinuación del potencial y si cierras los ojos puedes ver algo como millones de moléculas de psilocibina desplazando a moléculas de serotonina e inyectándose a los receptores y el spin de los electrones que se empieza a alterar.
Y cuando llega, llega como un tsunami, es asombroso, lo puedes ver venir, es inmenso y no puedes correr a ningún lado... es como si un asteroide hubiera impactado en el océano Pacífico... es como ver una explosión termonuclear a través de un cristal de 30m, así que estás perfectamente a salvo pero la energía que está liberando es impresionante.
La gente dice que le debes preguntar algo, esto me parece absurdo. Alguna vez hice esto, y le pregunté algo como "¿estoy haciendo lo correcto con mi vida?" y el hongo me dijo instantáneamente "qué tipo de pregunta más cobarde es esa... cuando te pongas en sintonía podemos tener una conversación, si eso es de lo que querías hablar deberías haber tomado MDMA".
Suelo llegar a un lugar que es difícil de describir, es una sensación cuyo contenido es algo como así como "los elfos están cerca, pero no aparecerán si no los invocas"... y esto es algo que aprendí de un programa de TV y digo "entren hombrecillos verdes y mujeres verdes si hay alguna por ahí" y entonces llegan como una pequeña luz danzante que se hace más grande y el sonido se vuelve más fuerte... es como una orquesta ambulante de Nepal.
No lo puedes dirigir del todo [el viaje], cada una de estas plantas tiene su propia personalidad.