Pocos términos son usados de manera tan vaga en la espiritualidad occidental como "tantra". Parece que llamar a algo tántrico --como "sexo tántrico"-- inmediatamente lo hace más atractivo y misterioso, como dotándolo de un difuso poder esotérico. Sobra decir que existe gran confusión y cierto libertinaje en la utilización de esta palabra sánscrita. Primeramente hay que decir que el tantra es en realidad los tantras y que estos textos y las filosofías religiosas que se derivan de ellos son vastas y ciertamente inabarcables para los límites de este artículo. Sin embargo, intentaremos hacer aquí algunas aclaraciones y acercarnos a una noción básica de lo que significa esta palabra y los tipos de textos que son llamados tantras, particularmente en el hinduismo y en el budismo tibetano, basándonos en fuentes académicas y en algunos "maestros tántricos" cuyos textos han sido traducidos mayormente al inglés.
Algunos autores consideran que el tantra como una categoría unitaria con marcos establecidos es probablemente una invención occidental, lo cual no significa que el tantrismo no sea esencial en las religiones asiáticas y quizás, de hecho, el pináculo del misticismo oriental, en tanto que refiere a una experiencia personal de lo divino y no sólo a un estudio intelectual --filosófico o teológico-- de las escrituras. "Hay aquellos que argumentan que el 'tantrismo' es una categoría occidental impuesta sobre las tradiciones asiáticas de la misma manera que el término hinduismo fue aplicado hace algunos siglos a una variopinta constelación de prácticas y creencias religiosas encontradas en el subcontinente indio", dice el académico de Princeton David Gordon White.
El yabyum del Buda primordial Samantabhadra y su consorte
En su sentido más simple, dentro del budismo, los tantras son textos que, al igual que los sutras, recogen las enseñanzas del Buda o de otros bodhisattvas (en el caso del budismo mahayana); los tantras representan prácticas más avanzadas que los sutras. El erudito del budismo Alexander Berzin dice que la palabra "tantra" significa "la urdimbre de un tejido o los hilos de una trenza... la práctica del tantra sirve como estructura para entrelazar los temas de los sutras y tejer un tapiz de iluminación". Añade que "la raíz de la palabra tantra significa alargar o continuar sin ruptura". Entendemos que estos textos entonces son la continuidad de la tradición de una transmisión, esto es, el mensaje y los secretos para obtener la liberación y transformar el conocimiento en sabiduría vivencial. El traductor de textos tibetanos Herbert V. Guenther señala que los tantras van más allá de la filosofía como la entendemos actualmente --esto es, mera intelectualidad, "son una experiencia de vida y por ello la fundación de muchas filosofías" y "los tantras pueden ser un correctivo necesario a esta unilateralidad del razonamiento filosófico... intentan restaurar al hombre y asimilar la vida en su totalidad". Guenther, quien quizás fue el más grande experto académico occidental en los tantras del Dzogchen, señala que el tantra es la búsqueda de la indestructible (vajra) en el hombre. En el caso del budismo la transmisión de la que hablábamos son las enseñanzas esotéricas de Buda, a veces llamadas el cuarto giro de la rueda del Dharma, y las cuales podemos encontrar en textos como el Kala Chakra Tantra así como también transmisiones del Ati Buda (o Buda Primordial), las cuales son reveladas por grandes maestros del budismo tibetano como Padmasambhava, entre otros. En el caso de los tantras del mal usado término "hinduismo", los cuales son mayormente parte del shivaísmo y del shaktismo, algunos creen que podrían tener orígenes prevédicos y sin embargo los textos tántricos como tales datan de entre el siglo VIII y X y son revelaciones de la pareja divina de Shiva y Shakti que reciben los sadhakus (los practicantes).
Chögyam Trungpa, el controversial maestro que abrió las puertas al budismo tibetano en Estados Unidos, dice en su libro Spiritual Materalism:
Tantra significa continuidad. Es como el hilo que engarza las cuentas de un rosario. El hilo es el camino. Las cuentas son el trabajo de la práctica tántrica: eso es, los cinco skandhas o cinco constituyentes del ego, como también el potencial primordial del Buda interior, la inteligencia primordial... La meta de la práctica tántrica es transmutar el ego para que la inteligencia primordial pueda brillar a través de las cosas.
Trungpa enfatiza que el tantra supera a la mera comprensión de la filosofía, fundamentalmente de la vacuidad, ya que es capaz de entender la realidad no sólo como vacuidad, sino como vacuidad luminosa, es decir alcanza a percibir ya no los conceptos sino la energía de las cosas. "La enseñanza básica del Tantra tiene que ver con trabajar con la energía. La energía es descrita en el Kriyayoha Tantra de Vajramala como 'aquello que reside en el corazón de todos los seres, simplicidad autoexistente, aquello que sostiene a la sabiduría'".
El francés André Padoux, uno de los grandes expertos en el tantrismo en Occidente, señala que el aspecto doctrinal del tantra es:
un intento de colocar a kama, el deseo, en toda la extensión de la palabra, al servicio de la liberación... no sacrificar este mundo en favor de la liberación, sino reinstalarlo de diversas formas dentro de la perspectiva de la salvación. Este uso del kama y de todos los aspectos del mundo para ganar gozo (bhukti) mundano como supernatural, poderes (siddhis), y obtener la liberación en esta vida (jivanmukti), implica una particular actitud de parte del adepto en torno al cosmos, en la que se siente integrado dentro de un sistema omnipenetrante de relaciones micro-macrocósmicas.
Esta es, por supuesto, una definición de un tantra más cercano a la concepción hinduista, aunque comparte elementos con el tantra budista. David Gordon White, en su libro Tantra in Practice, esboza una definición del tantra en la que sugiere que este acercamiento místico en su aspecto práctico "es un esfuerzo para lograr acceder y apropiarse de la energía de la conciencia iluminada de la divinidad absoluta que permea el universo, brindando a las criaturas vida y potencial de salvación". El cuerpo de creencias tántricas parte del principio de que "el universo que experimentamos no es más que la manifestación concreta de la energía de la deidad que crea y mantiene el universo" y busca "apropiarse ritualmente y canalizar esta energía, dentro del microcosmos humano, de formas creativas y emancipadoras". Gordon White nos dice que está definición tendría sus variaciones en el caso del tantra budista en el que quizás "se reemplazaría 'energía' por 'enseñanza' o 'conciencia iluminada"'. Igualmente también se reemplazaría la deidad creadora con la vacuidad en su indivisibilidad de la conciencia primordial.
Acercándonos también a la propia concepción del tantra del budismo tibetano, la cultura religiosa que es, por naturaleza y fundación, tántrica, es oportuno citar la introducción de Elio Guarisco al texto del enciclopédico Jamgon Kongtrul, Systems of Buddhist Tantra. El traductor nos dice que:
la continuidad a la cual se refiere la palabra tantra significa que la cognitividad [awareness en inglés, rigpa en tibetano], que es la esencia del ser, siempre está presente, porque no es una cosa, no es creada, destruida o sujeta a la variación... Tantra como continuidad, o contínuum (rgyud) se refiere a la ininterrumpida presencia de la naturaleza original, o estado, de cada individuo.
Este estado es la mente en su naturaleza pura y perfecta, intocada por las vicisitudes del tiempo y la experiencia, libre de la dualidad entre "el que conoce y lo que conoce, esta mente no es diferente de la realidad que percibe". Guarisco, siguiendo a Kongtrul, añade algo importante: tantra no significa el resultado de un logro o mérito, "sino la condición primordial en sí misma". Es por ello, nos dice, que es inalienable, ya que permanece siempre igual, "sin modificarse por la existencia condicionada"; la diferencia estriba en que sea o no reconocida. Esto sugiere que los textos y las prácticas tántricas, al menos en el budismo dzogchen, están orientados no a que el practicante vaya creciendo y superando una serie de niveles y acumule logros espirituales, sino simplemente a reconocer lo que ya es, es decir es más un des-cubrir y un relajarse hacia que un hacer y luchar. El tantra entonces es una doctrina del reconocimiento de la realidad prístina, que, tanto en el budismo tibetano como en el shivaísmo, es considerada luz pura, no dual, todo-consciente y autosurgida. De aquí que podamos decir que la experiencia tántrica es el reconocimiento de la unidad entre los fenómenos que surgen y el espacio o fundación de los que surgen, unidad de la luz con la conciencia y el espacio. Suprema integración de la creatividad cósmica como despliegue de la unidad que es conciencia absoluta de sí misma. En el Hevajra Tantra se dice: "Todos los seres son budas" y "no hay un ser que no esté iluminado si tan sólo conoce su propia naturaleza".
Por último, para concluir esta primera parte, debemos hacer referencia a la relación entre tantra y mantra, términos que en ocasiones pueden usarse de manera correcta como sinónimos, aunque sin embargo, en su vastedad connotativa, tienen notables diferencias. Jamgon Kongtrul, el gran compilador de la sabiduría tibetana que vivió en el siglo XIX, explica en el texto que ha sido traducido al inglés como The Treasury of Knowledge:
El tantra tiene muchos nombres. Es llamado "el mantra de la colección de las enseñanzas" y "el camino del mantra" ya que rinde poderes por el uso de mantras y mudras; y, también, la colección de enseñanzas del portador de la conciencia" [rigpa, awareness], ya que la deidad, el mantra y la conciencia prístina de la gran dicha tienen todos [la naturaleza de] conciencia, y por estos profundos medios la conciencia es alcanzada. Según otra perspectiva, el tantra es el "camino del portador de la conciencia" porque la colección de prácticas mántricas lleva a conseguir el estado de portador-de-la-conciencia en esta misma vida; y es llamado el "camino indestructible" [vajrayana] ya que los tres estados indestructibles [de cuerpo, palabra y mente despierta] son actualizados a través del indestructible camino de la indivisibilidad entre método y sabiduría.
Debemos recordar que el término mantra es también mucho más vasto que lo que popularmente se entiende, no es sólo la repetición de sonidos con fines de devoción o éxtasis religioso. Mantra proviene de la raíz sánscrita man (pensar), misma de la cual se deriva manas (mente) y Manu (el primer hombre); el sufijo tra significa "instrumento o medio"; mantra es entonces el instrumento que transmite la mente o lo mental y tiene también la acepción de ser una "sílaba numinosa" o un instrumento para transmitir o sintonizar energía (esto bajo la creencia de que la esencia de las deidades podía cifrarse o imprimirse en una vibración, en una sílaba que es semilla de la deidad). Así que podemos llegar a otra definición un tanto simple: tantra es la forma en la que se transmite mantra, es decir la mente en su aspecto de conciencia primordial. Los textos y las prácticas tántricas son los instrumentos de las irradiaciones de la mente primordial.
Cuerpo arcoíris de la disolución en luz pura
En los siguientes artículos de esta serie hablaremos del origen de los textos tántricos --los cuales tienen toda una serie de leyendas asociadas y su propia geografía fantástica, las prácticas más específicas del tantrismo y de la cosmovisión tántrica en la que el cuerpo humano se convierte en el microcosmos, ya no sólo como una imagen de la divinidad sino como un centro de recepción y canalización de la energía cósmica. Hablaremos también sobre el "sexo tántrico", término tan abusado que sugiere en la mente popular que el tantra es solamente una serie de complicadas prácticas sexuales generalmente ligadas a la espiritualidad y mayormente secretas. Diremos aquí solamente que el tantra sí tiene una importante dimensión sexual, la cual podemos apreciar en la iconografía que muestra la unión de Shiva y Shakti, o de los diferentes yidams en el budismo tántrico. Existen numerosas prácticas de yoga o alquimia interna las cuales remiten a la unión y transmutación de la energía femenina (visualizada como una esencia roja, ubicada debajo del ombligo) y masculina (una esencia blanca ubicada en la corona), un derretimiento de las esencias en el canal central que llega a ser una anulación de la dualidad en un fresco y luminoso goce. Una conjunción de los opuestos que también simboliza la unión del método (lo masculino) con la sabiduría (lo femenino) (lo cual es representado en la posición de unión indisociable del yab-yum). Sin embargo, aunque ciertamente existen diversas escuelas que practican lo que podríamos llamar una alquimia sexual, algunos estudiosos consideran que la práctica sexual (karmamudra en el budismo) no es indispensable y de hecho en algunos casos la unión sexual entre el practicante y su consorte ocurre en un plano mental o en una dimensión sutil.