"Ponerse en los zapatos del otro" requiere imaginación y comprensión, pero la tecnología puede ayudar cuando no tenemos ninguna de las dos: la marca de medicamentos para migraña Excedrin reveló esta semana The Migraine Experience, un simulador de realidad aumentada que modifica la percepción del observador hasta hacerla perturbadoramente similar a la de un ataque de migraña.
La migraña es un padecimiento terrible, además de por el dolor físico, porque este dolor es mayormente solitario. Como ha descrito con inigualable maestría el escritor Francisco Hinojosa, cada migrañoso tiene una relación particular con su mal, y ni toda la empatía ni el amor del mundo son capaces de transmitir la soledad en la que se ve envuelta la cabeza afectada por el ataque, que puede repetirse incluso varias veces al día. (El libro que hay que leer es Migraña en racimos, próximamente reeditado por Almadía).
Luces parpadeantes, puntos suspendidos en la nada, pérdida del campo visual, visión borrosa, auras gelatinosas, clavos encendidos incrustándose en el cráneo como mantequilla: la plasticidad del dolor es infinita, por lo que fue necesario crear una experiencia capaz de desorientar físicamente a los amigos de pacientes migrañosos. Según el representante de Excedrin, Scott Yacovino, "simulamos los síntomas de la migraña --con excepción del dolor-- porque experimentar es creer".
Existen intentos similares para hacer que otros experimenten dolores menstruales e incluso dolores de parto; la tecnología funciona como una especie de "magia de contacto", que contagia una percepción o la somatiza, como en la hipnosis. Si esto servirá para lograr una mejor comprensión social de la migraña (que afecta a más de 30 millones de personas solamente en Estados Unidos) además de vender pastillas, es algo que está por verse.