Conforme las elecciones estadounidenses se aproximan y tanto los demócratas como los republicanos ya eligieron a sus respectivos candidatos, una porción importante de la mente colectiva a nivel mundial –al menos entre aquellos expuestos a los medios masivos– estará fija en lo que ocurra en estos comicios. Sobra decir que el resultado de esta elección repercutirá, aunque no de forma determinante ya que a fin de cuentas es un mismo sistema, en la vida de millones de personas más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Para aderezar los ingredientes activos en el imaginario alguien creó estas mascaras de los candidatos Hillary Clinton y Donal Trump, además de la del ya "occiso" Bernie Sanders. Las piezas resaltan no sólo por su realismo sino, curiosamente, por su monstruosidad. Hasta cierto punto, nos recuerdan que las riendas de los gobiernos están en manos de personas con las que tal vez no nos gustaría compartir un techo. De hecho, nos recuerdan que estamos ante seres distantes, de dudosa procedencia, y que quizá por eso mismo es que han trascendido las aduanas implícitas para llegar hasta donde están: cerca de tomar las riendas de un gobierno nacional y en este caso, además, tratándose del país aún más poderoso en el tablero de juego.