Bolsa mágica para ir al baño cuando no hay baños a la vista

En lugares donde no es factible encontrar un WC limpio --digamos, en la alta montaña o en medio del desierto-- existe una nueva forma de guardar los desechos que nuestra digestión produce: Restop utiliza distintos químicos para volver el excremento transportable e inodoro, de manera que las incursiones humanas en la naturaleza no dejen residuos.

Probablemente los exploradores más experimentados --los que han orinado en matas y enterrado excrementos toda su vida-- vean estos productos con recelo, pero la historia de Restop es bastante interesante. Comenzaron a utilizar geles y enzimas para descomponer excrementos humanos en un proyecto diseñado para trabajadores de la Pacific Bell Telephone Company durante los años 90. La compañía se dio cuenta de que los trabajadores se movían en medio de un insoportable hedor a orina, por lo que se diseñó una rudimentaria bolsa que utilizaba gel de pañal de bebé. 

Las bolsas también pueden utilizarse en situaciones de emergencia: Restop envió miles y miles de bolsas para desechos durante los días del huracán Katrina, cuando los servicios sanitarios eran inexistentes en la zona. También pueden servir para pilotos militares (el ejército de Estados Unidos ordenó miles de bolsas para sus operaciones en Irak y Afganistán) y para los asistentes a conciertos que no quieren usar baños públicos.

Además, Restop se ha preocupado por hacer completamente inodoras las bolsas: el diseñador Jeff Griffin trabaja continuamente experimentando con los materiales más apestosos que puede encontrar para ver si las bolsas resisten, con linduras como pescado podrido y excremento de vacas, gallinas, etcétera.

 

Vía Atlas Obscura

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