Raven Grimassi y Stephanie Taylor-Grimassi son una pareja con una dedicación común por lo que podríamos denominar "horticultura sagrada". Cuando se mudaron de California a Massachusetts, el camión de la mudanza tenía una carga muy peculiar: una pequeña familia de mandrágoras, plantas con propiedades benéficas o diabólicas según qué manual o grimorio de magia consultes.
[caption id="attachment_106782" align="aligncenter" width="635"]
Ambos se definen como brujos practicantes, herederos de una tradición que realmente nunca se fue. "Queríamos ver físicamente lo que nuestros ancestros tenían en sus manos", explica Raven. Esto es patente en el hecho de que la magia resurja de una u otra forma a través de series de televisión o películas (en la saga de Harry Potter, por ejemplo, donde dedican una clase a explicar cómo sacar una mandrágora del suelo sin morir en el intento.)
[caption id="attachment_106781" align="aligncenter" width="640"]La Historia está plagada de todo tipo de referencias a la mandrágora y sus misteriosas propiedades. Raquel la utiliza para concebir a Jacob en el libro del Génesis, mientras que en Homero y la tradición griega es utilizada como afrodisíaco por Circe (otra hechicera) y Afrodita.
[caption id="attachment_106779" align="aligncenter" width="614"][caption id="attachment_106784" align="aligncenter" width="550"]
Su descripción más antigua proviene del médico griego del siglo I Dioscórides, como anestésico y como veneno. Las variedades "masculina" y "femenina" corresponden a dos especies diferentes, Mandragora officinalis y Mandragora autumnalis. A pesar de todo, su forma antropomorfa y los riesgos para aplicarla y consumirla no son menores.
[caption id="attachment_106785" align="aligncenter" width="640"]
Raven y Stephanie tienen una tienda online donde venden hojas y aceites derivados de la mandrágora para fines mágicos (en términos comerciales, de entretenimiento) y nunca venden las raíces, que es donde se concentra la mayoría de los alucinógenos de la planta.
(Vía Atlas Obscura)