Sensory Maps es un proyecto que literalmente lleva el olor de una ciudad a un plano cartográfico. Y es que, el aroma de un espacio bien podría fungir como dingo embajador del mismo ¿cuántos recuerdos de contextos espaciales en nuestra memoria no están asociados a un aroma en particular? La cantidad de data almacenada en un perfume o aroma determinado es impresionante, y aunque culturalmente no es el sentido más valorado (eclipsado en buena medida por lo visual y lo auditivo), lo cierto es que el olfato es un vehículo precioso para dialogar con lo exterior.
Paisajes aromáticos por zona, barrio, incluso por cuadra, conforman estos minuciosos mapas olores de las ciudades que la británica Kate McLean ha creado para deleite de la creatividad aromática. Al recorrer su trabajo vamos confirmando el valor que tienen los olores para un espacio, para nuestra imagen e interpretación de él. De hecho hay quien ha sugerido que algunos de estos aromas podrían postularse como parte del patrimonio cultural de una ciudad o, por qué no, de la humanidad misma.
¿A qué huelen Amsterdam, Paris, Milán o Buenos Aires? y Quizá aún más importante ¿Por qué jamás nos lo habíamos preguntado? Sensory Maps es a la vez un manifiesto a favor de revaluar el olfato, los aromas, dentro de nuestra escala perceptiva y cultural.
Algunos mapas sensoriales:
Ámsterdam