Injusticia abismal, jerarquización ridícula de estatus social, nefastos criterios que determinan el estado de muchas cosas, una lluvia de absurdos que en suma detonan por lo menos la indignación, la hiriente desigualdad, el hambre en contraste con la opulencia, el cinismo, la irresponsabilidad flagrante por parte de la élite, agendas ocultas, prioridades obscenas entre los gobiernos, ambición alimentada al punto de la voracidad. Así podríamos seguir enlistando una inabarcable cantidad de aspectos que confirman, una y otra vez, el pésimo diseño de un sistema que nos rige y que, a pesar de los esfuerzos conscientes, se niega a morir.
Paradójicamente, o mejor dicho tristemente, a veces es fácil olvidar este cúmulo de señales, y muchos preferimos entregarnos a sedantes como la frivolidad, la comodidad o el espectáculo. Sin embargo, aún si queremos velar esta realidad (que también cabe señalar que no es la única, aunque eso no amerita ignorarla), hay quienes están abocados a penetrar ese velo para recordarnos que las cosas, muchas de ellas, no están bien...
Activismo gráfico es una serie de piezas que con aguda crudeza se encargan de despertar la remembranza y nos invitan a mirar el desfile que ocurre en esa grieta pulsante: