La física se acerca a la noción de que sólo existen realmente los momentos y no la continuidad del flujo temporal que viaja del pasado hacia el futuro. Un nuevo estudio sugiere que el tiempo se comporta como un cristal, es decir el tiempo puede verse como una emisión discreta que surge en el espacio y no como una onda continua.
Según publicó un equipo multinacional en el European Physical Journal, la escala mínima del tiempo, también conocida como tiempo Planck debe de ser más grande de lo que se piensa, lo cual permite que se hagan pruebas: esto es una unidad de intervalo de tiempo de 10 a la 17 segundos, lo cual definiría la duración real de los cristales de tiempo. El equipo observó esto midiendo el ritmo de emisión espontánea de átomos de hidrógeno.
Esto significaría que el tiempo es discreto y consta de segmentos regulares que se repiten. Mir Faizal, uno de los autores del estudio, dice:
El universo físico es realmente como una película o una imagen en movimiento, en la que la serie de cuadros fijos que se muestran en una pantalla crean la ilusión de imágenes en movimiento. Esto significa que, entonces, nuestra precipitación consciente de la realidad física basada en la moción continua se vuelve una ilusión producida por una discreta estructura matemática subyacente.
Lo anterior recuerda la famosa frase de Einstein: "La distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una persistente ilusión”. Pero lo realmente asombroso es su similitud a la filosofía pitagórica que expone Platón en el Timeo:
Pero dado que la naturaleza del mundo ideal es eterna y esta cualidad no se le puede otorgar completamente a lo generado, procuró realizar una cierta imagen móvil de la eternidad y, al ordenar el cielo, hizo de la eternidad que permanece siempre en un punto una imagen eterna que marchaba según el número, eso que llamamos tiempo.
Platón nos dice que el tiempo es la imagen móvil de la eternidad; de conocer el cine, seguramente habría utilizado la metáfora de la proyección de una película, de la misma manera que Faizal señala que los "cristales" de tiempo son una especie de fotogramas que crean la ilusión del movimiento. De igual manera que los físicos modernos, Platón también explicaba que el tiempo (esa ilusión de continuidad) es el resultado de una estructura matemática subyacente: "el tiempo imita la eternidad y gira según el número", se dice en el Timeo. La diferencia fundamentalmente es que Platón también explicaba el origen de esta estructura matemática que para la física moderna es una extraña propiedad en el universo, difícil de explicar sin recurrir a una inteligencia trascendente. El tiempo y el número son para Platón reflejos de los arquetipos eternos que existen en la mente de Dios. De la misma manera que para los platónicos el cuerpo es sólo una cristalización del alma (una prisión momentánea), así el tiempo parece ser una cristalización efímera de la eternidad.
Twitter del autor: @alepholo
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