Tejiendo la voz de criaturas prehistóricas para darles vida nuevamente

 

La diseñadora francesa Marguerite Humeau (1986) dedicó incontables horas a investigar el pasado sonoro que reinó en este planeta a través de las criaturas que lo habitaban hace millones de años. Ello con la intención de proponer al público la experiencia de escuchar la voz de dichos seres, que otrora caminaron sobre la Tierra.

Con apoyo de paleontólogos, exploradores, ingenieros y expertos de la vida salvaje, se recreó la versión más cercana de lo que pudo haber sido el tejido blando de pulmones y cuerdas vocales de tres criaturas prehistóricas; después se incorporó audio a las piezas minimalistas que cierran el ciclo del proceso artístico dentro de la galería.

El diseño de audio y la programación del performance corrieron a cargo del ingeniero, investigador y músico Julien Bloit (1979 Francia); haciendo gala de sus sorprendentes habilidades desarrolló Brain, el sistema con el que se pudo orquestar la sinfonía que ejecutaron los tres seres reanimados. Muchos paleontólogos y evolucionistas se conmoverían con el performance, ya que se le dio voz a Lucy (Australopithecus), un homínido que vivió hace unos 385 millones de años, cuyos restos se descubrieron en la década de los 70.  

Pero más allá de lo impactante que puede resultar enfrentarnos a los sonidos prehistóricos y del valor científico que este acercamiento artístico conlleva, también podemos extraer una excitante premisa a partir de este trabajo de Humeau. Nos referimos a una reflexión en torno a determinar la carga de esencia que transmite el sonido. ¿Se puede "revivir" algo a través de reconstruir el sonido que emitía? Tal vez sí.           

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