La entrevista de Sean Penn a "El Chapo" Guzmán ha causado sensación en los últimos días de frenesí mediático en los que también se ha difundido su recaptura de manera entusiasta por el gobierno de México y en un cóctel de conmoción la muerte de David Bowie más un crítico inicio de año en la economía mundial que ha pasado a segundo término.
El Washington Post publica las impresiones del periodista del Dallas Morning News, Alfredo Corchado, un hombre que ha investigado el narco durante 2 décadas. Ser periodista en México --o en lo estados fronterizos de Estados Unidos-- y cubrir el narco es uno de los oficios más peligrosos, con más de 60 periodistas muertos o desaparecidos en la última década.
Corchado tiene un problema con la historia publicada por Penn en una revista de entretenimiento, puntualmente que sólo existió bajo el control del mismo Chapo, quien estaba buscando engrandecer su legado haciendo una biopic. Corchado señala que la entrevista de Penn es una muestra del conflicto inherente entre el verdadero periodismo y el entretenimiento:
Cuando no estás realmente desfiando a la persona que entrevistas y aceptas enviarle la historia para su aprobación, suena más como entretenimiento estilo Hollywood. No está a la par del sacrificio de muchos de mis colegas en México y en otras partes del mundo que han perdido sus vidas luchando contra la censura.
El tema es sin duda complejo, puesto que se podría argumentar que la entrevista es un documento histórico (en la edad del infotainment) y que de otra forma no se hubiera generado --y así cualquier condición e imperfección en la realización es excusable. Otros pensarán que existe cierta envidia porque una persona no ligada al medio del periodismo logró lo que quizás cualquier periodista hubiera querido. Dicho eso, Corchado tiene un punto cuando remarca que es difícil separar lo sucedido de una pieza de entretenimiento, quizás no del todo diferente a una de las series de Netflix sobre el narco tan populares en nuestros días. De igual manera, la entrevista sobre "El Chapo", la cual seguramente será la más leída del año y quizás de más tiempo, distorsiona la realidad al acercarse a ella a través de un ángulo limitado por las condiciones y los filtros puestos por el narcotraficante, y la falta de conocimiento periodístico profundo de Penn sobre el caso. No es lo mismo que lo entrevistara el actor, con su enlace Kate del Castillo, tomando tequila con el jefe del Cártel de Sinaloa, entrando a un mundo que no conoce y por eso puede ser fácilmente encandilado, a que lo entrevistara un periodista con conocimiento de los asuntos reales y las polémicas que preocupan a los ciudadanos. De cualquiera manera esto es mera especulación y la entrevista que ocurrió y pasará a la historia es esta, una pieza que borra totalmente las fronteras entre el periodismo y el entretenimiento, y en ello es completamente fiel al espíritu de nuestro tiempo.