Los copos de nieve son la imagen emblemática de la belleza simétrica inherente a la naturaleza. En ocasiones se dice que "no existen dos copos de nieve iguales" para significar la cualidad de unicidad e irrepetibilidad de las cosas; sin embargo, esta apreciación quizás no es del todo exacta.
En lo que seguramente debe de ser arduo trabajo --una especie de relojería científica-- investigadores han clasificado las distintas formas que toma un copo de nieve, llegando a determinar que existen fundamentalmente 35 categorías (son 39 en total para los distintos tipos de precipitación sólida) y 121 subtipos, todo un reino de la cristalografía.
Esta minuciosa tarea de catalogar las formas que toma la precipitación sólida fue realizada por un equipo de científicos japoneses y graficada por el sitio Compound Interest.
Según explican en Vox, la razón por la que creemos que la forma de los copos de nieve es única en sí misma obedece a una cuestión de percepción que se debe a que algunos de los copos de nieve sólo ocurren en humedades y temperaturas muy específicas, en ciertos lugares. Esto hace que creamos, al enfocarnos en un copo de nieve, que presenciamos una figura irrepetible, cuando en realidad sólo es rara.
De cualquier manera, se podría objetar que pese a que comparten tipos y categorías cada copo de nieve es único (como todas las cosas del universo) y paradójicamente es el mismo también. Dicho eso, ¿no crees que pasar horas observando a detalle las diferentes formas de los cristales de nieve es una excelente labor, un trabajo ideal para las personas que aprecian la belleza de la naturaleza y sobre todo la riqueza de los detalles?