Se suele decir que la acción humana sobre el planeta ha provocado la extinción de especies y la erosión de muchas zonas naturales... lo cual sin duda es cierto. Pero lo que suele dejarse de lado es el hecho de que, como todo ser vivo, el planeta también está cambiando.
La naturaleza ha sido vista desde la religión y la ciencia como una encarnación de algún tipo de orden, divino o biológico, el cual debe ser preservado de la acción humana; pero esto sólo pone de manifiesto el gran crédito que la humanidad se da a sí misma en su papel de destructor/conservador de un hipotético "equilibrio".
Bien mirada, la historia del planeta ha sido de grandes cambios y catástrofes cíclicas seguidos de algunos millones de años de estabilidad. Es en uno de esos períodos de estabilidad (un período breve e irrelevante en términos geológicos) donde la vida y la cultura humana han florecido.
Es probable que el exceso de emisión de gases producto de la combustión y el deterioro medioambiental producido por la acción humana hayan contribuido a desgastar muchas zonas del planeta... Pero la impunidad de nuestras acciones no será total. El ser humano es una maravilla y una anomalía de la evolución, pero no puede erradicar por sí mismo la vida.
La vida (esa es la enseñanza secreta de Jurassic Park, ese auto de fe evolutivo) siempre se abre camino.