Solemos pensar que trabajar más y dedicarle una mayor cantidad de tiempo a algo nos permitiría terminar lo que hacemos antes –es decir, que la productividad va ligada a la cantidad de tiempo. Pero si analizamos un poco más a fondo el escenario, entonces nos encontramos con otra latente posibilidad: que en realidad las cosas sean al menos parcialmente opuestas, sobre todo si consideramos que nuestro cuerpo necesita, más allá de dormir lo necesario, descansar y renovar su energía.
Perseguir la productividad es algo ya de por sí bastante cuestionable. pero incluso si asumiéramos que es algo pertinente o benéfico para nosotros, tanto en lo individual como en lo colectivo, entonces hay suficientes indicadores para afirmar que quienes tradicionalmente nos han guiado en busca de ser más productivos bien podrían estar completamente equivocados. Como advierte el especialista Tony Shwartz en un artículo para el New York Times:
Un nuevo y creciente grupo de estudios multidisciplinarios advierte que la renovación estratégica –ejercicio, siestas, más horas de sueño, más tiempo lejos de la oficina y vacacionar con más frecuencia– detona la productividad, el desempeño laboral y, claro está, la salud.
Al parecer tres de los elementos fundamentales para garantizar una alta productividad son descansar, relajarse y vacacionar.
DESCANSAR
La importancia de descansar es evidente. Un estudio de Harvard mostró que en Estados Unidos se perdieron 63 mil millones de dólares en costos de pérdida de productividad debido a la privación de sueño –los empleados que durmieron menos de 6 horas al día bajaron notablemente su desempeño. Por otro lado, un estudio de la Universidad de Stanford hizo que los jugadores del equipo de baloncesto durmieran 10 horas al día y luego se probó su desempeño disparando tiros libres: el porcentaje de efectividad aumento 9%.
RELAJARSE
Relajarte no sólo está asociado con poder descansar más (o desgastarte menos), también tiene mucho que ver con alcanzar estados de claridad mental y disfrutar de más momentos de inspiración; ambos son cualidades que pueden influir de manera determinante en tu desempeño laboral y, por lo tanto, en tu productividad. Así que diseñarte una rutina cotidiana que favorezca la relajación no sólo te permitirá disfrutar más de la vida sino ofrecer mejores resultados a nivel profesional.
VACACIONAR
Sí, a pesar de que las vacaciones más largas o frecuentes suelen relacionarse con menor productividad, al parecer ocurre justo lo contrario. La firma Ernst & Young detectó que por cada 10 horas adicionales de vacaciones que recibieron sus empleados las evaluaciones de los supervisores aumentaron 8%, además de que esto hizo que tuvieran menos deseos de renunciar. Vacacionar no sólo facilita el descanso y la relajación; también te permite romper la rutina, algo psicológicamente muy saludable, y particularmente te ayuda a reinventarte (uno de los ejercicios más sanos que tenemos a nuestra disposición como seres humanos y que acarrea incontables beneficios en todas las áreas de nuestra vida, incluida obviamente la laboral).
EL ARTE DEL NO HACER
Y ya si quieres profundizar en las finas artes de la contracultura operativa, entonces te sugerimos que eches un vistazo a una posibilidad aún más ambiciosa y benéfica: el no hacer.