Tras anunciar la fabricación de la "mejor ola jamás creada por el hombre", la Kelly Slater Wave Company, propiedad del célebre surfista estadounidense, circuló un video de demostración en el que se observa al propio Slater montar esta ola interminable. La hazaña es producto de largo tiempo dedicado a la producción de olas artificiales, un invento que podría revolucionar este deporte y que, independientemente del gusto por surfear olas, representa en sí una oda a la ingeniería en movimiento:
Durante casi 10 años, mi equipo y yo hemos estado trabajando en la creación de las primeras olas artificiales realmente de clase mundial y de alto rendimiento. Esto es algo que llevo soñando desde que era pequeño. A través de rigurosa ciencia y la tecnología, hemos sido capaces de diseñar y construir lo que algunos dijeron que era imposible.