La censura a los desnudos es un elemento que generalmente molesta. Su naturaleza invasiva, obstructora, hace que este recurso se vuelva en esencia un enemigo de la fluidez visual, y más cuando responde a criterios ridículos, por ejemplo, los que famosamente emplea Facebook para eliminar imágenes artísticas que nada tienen que ver con la agresión visual o la pornografía.
Pero en todo caso existen maneras amigables de censurar, incluso puede ser de forma estética y esencialmente simpática. Este video es un perfecto ejemplo de cómo se puede hacer arte con la censura. Aunque desconocemos si los drones que bloquean los genitales de esta pareja de bailarines están sobrepuestos mediante postproducción, lo cierto es que resulta una genial burla a la manía censuradora de contenidos digitales y, de hecho, terminan enriqueciendo la coreografía de los protagonistas.