Pocas figuras más fascinantes en el ocultismo del siglo XX que Austin Osman Spare, una personalidad sólo comparable en su atracción y enigma con Aleister Crowley (quien para Spare era un farsante). Spare no sólo desarrolló un método de magia que fue precursor de lo que hoy se conoce como chaos magic, sino que su catálisis de la creatividad del inconsciente se anticipó en su momento a los surrealistas.
Spare fue un niño prodigio en el Londres de principios del siglo XX, reconocido por su extraordinario talento para dibujar. Su obra pictórica tuvo sus altibajos, pero para algunos es un fértil caudal de virtuosismo técnico al servicio de la imaginación. Su interés por el ocultismo y la decadencia lo hizo apilar una serie de historias fantásticas que Kenneth Grant luego se dedicó a mistificar en sus obras.
Su método de utilizar los sigilos en la magia ha sido una gran influencia en la magia posmoderna. Para poder insertar el deseo mágico que debía materializarse en la profundidad del inconsciente, como un tesoro escondido, Spare recomendaba lograr un estado de vacuidad, para el cual no era necesario sufrir demasiado o “crucificarse”:
La vacuidad se obtiene al extenuar la mente y el cuerpo por diferentes medios. Un medio tradicional o un medio personal funcionan igual de bien, dependiendo del temperamento; escoge el más placentero; estos son favorables: mantras y posturas, mujeres y vino, tenis, y el juego de la paciencia, o caminando y concentrándose en el sigilo, etcétera.
El documental The Bones Go Last retrata de manera acertada la vida de este enigmático personaje.
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