La fotografía de la naturaleza es un arte casi meditativo en el que se necesita mucha paciencia. Un ejemplo extremo de esto es el trabajo de Alan McFayden, un fotógrafo que sostiene que lleva desde el año 2009 cazando la imagen perfecta de un martín pescador entrando al agua. Según McFayden este laborioso proceso tardó más de 4 mil 200 horas e implicó 720 mil fotos. Por suerte vivimos en la época digital; de otra forma, su obsesión le habría salido muy cara.
McFayden define la foto perfecta de un martín pescador como aquella tomada en el instante exacto en el que está penetrando el agua y que a la vez no muestre ningún splash. Además debe tener una composición simétrica; esto significa que no sólo el fotógrafo debe estar en el lugar correcto, sino que el pájaro debe también realizar un clavado perfecto.
La obsesión de este fotógrafo con dichas aves empezó cuando su abuelo lo llevó de niño a observarlas, y desde ese entonces quedó maravillado por su majestuosidad. Ahora puede compartir al mundo esta percepción de la belleza de estos pájaros, también conocidos como alciones, dueños de plumajes brillantes, un gran talento mimético y un altivo porte.
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