El pintor simbolista austríaco Gustav Klimt fue uno de los mayores representantes del movimiento modernista. El barroquismo (los demasiados elementos) en sus pinturas y los intensos colores ocres y amarillos singularizaron su obra.
Klimt encontró en el desnudo femenino una de los principales elementos característicos de sus pinturas. El romanticismo de este pintor lo llevó a dotar sus cuadros de una gran potencia sensual, como lo han demostrados sus múltiples bocetos y apuntes a lápiz.
Klimt se convirtió en un personaje muy notable en la alta sociedad vienesa y estuvo relacionado de un modo u otro con los más notables círculos intelectuales del momento, en una época en la que Viena estaba dejando de ser la capital mundial del arte.
Las imágenes del artista se han reproducido una y otra vez de diferentes formas. En esta ocasión (y con motivo del evento anual de caridad por el SIDA en Viena) la fotógrafa Inge Prader recreó muchas de las pinturas de Klimt con modelos reales.
[caption id="attachment_103125" align="aligncenter" width="442"]Prader eligió a los modelos y los accesorios muy cuidadosamente para poder duplicar algunas de las obras maestras más emblemáticas de Klimt, como “Muerte y vida” y “Friso de Beethoven”.
La fotógrafa ha realizado un excepcional montaje de la "fase de oro" de este emblemático artista. Como resultado tenemos estas magníficas "copias vivas" de Klimt:
[Vía Juxtapoz]