En estos dos cortos animados, el rumano Sebastian Cosor reúne dos obras inquietantes de diferentes épocas y estilos: El grito, del pintor expresionista noruego Edvard Munch, y "El gran concierto en el cielo", de la banda británica de rock Pink Floyd.
Munch pintó la primera de las cuatro versiones de El grito en 1893. Más tarde escribió un poema que describe la visión apocalíptica detrás de él:
Caminaba con dos amigos por la carretera, mientras el sol se ponía. De repente el cielo se volvió rojo sanguíneo, y sentí un estremecimiento de tristeza. Un angustioso dolor me oprimía el pecho. Me detuve, me apoyé en la valla, increíblemente cansado –lenguas de fuego y sangre se extendían sobre el fiordo negro azulado y sobre la ciudad. Mis amigos siguieron caminando, mientras yo me quedaba atrás, temblando aterrorizado– y sentí el grito inmenso de la naturaleza.
Este estremecedor grito que Munch escuchó (o vio) en la naturaleza se combina con el grito estremecedor de Clare Torry en "The Great Gig in the Sky” ("El gran concierto en el cielo") gracias al talento e ingenio del animador rumano.
“The Great Gig in the Sky” es una canción inspirada en la tristeza, la desesperación y el miedo a la muerte. El día de su grabación, las únicas instrucciones que la banda le dio a Torry fueron que pensara en la muerte o en algo horrible mientras improvisaba. Después de tres tomas se realizó la mezcla y se terminó la edición, que resultó en lo que podemos escuchar ahora como última versión.
Aunque la grabación de la versión final fue rápida lo que demoró más fue el nombre, ya que tuvo varios antes del último. Originalmente le habían puesto “The Mortality Sequence” ("La secuencia de la mortalidad"); también la titularon “The Religion Song” ("La canción religiosa") y “Ecclesiastes” ("Eclesiastés"), nombre que permaneció hasta poco antes de la inclusión de la pieza en la edición final de The Dark Side of the Moon ya que durante las interpretaciones en vivo se recitaban algunos versículos del Libro del Eclesiastés, aunque al final quedó "The Great Gig in the Sky", imagen parecida a la del poema de Munch: “el grito inmenso de la naturaleza”.
En esta animación (en sus dos versiones) se genera un paralelismo interesante al mezclar la melodía con la imagen, y le da más dimensión teniendo en cuenta la descripción del poema del pintor.
La canción dice al comienzo: “And I am not frightened of dying, any time will do I don't mind/Why should I be frightened of dying, there's no reason for it you've got to go some time" ("Y yo no tengo miedo de morir, cualquier momento estará bien, no me importa/¿Por qué debería tener miedo de morir?, no hay razón para ello, tienes que irte en algún momento"); otra voz responde: "I never said I was frightened of dying" ("Nunca dije que tuviese miedo de morir") y enseguida, el grito estremecedor y duradero de Torry.
Otros experimentos de yuxtaposición de imagen y sonido ya se habían realizado con música de Pink Floyd, en particular en el álbum del que se desprende la canción de las animaciones de Sebastian Cosor, el famoso Dark side of the rainbow, donde al escuchar la música y viendo simultáneamente la película El mago de Oz, las escenas del film “coinciden” con las letras de las canciones.
Aquí los dejamos con la primera versión de El grito de Sebastian Cosor:
Y la segunda versión, para estas fechas decembrinas que se acercan: