De los registros fotográficos que existen de personas dentro de psiquiátricos probablemente ninguno tenga una intención o visión estética, sin embargo, uno de los más impresionantes es el realizado por el neurólogo francés y profesor de anatomía patológica Jean-Martin Charcot a las histéricas de la Salpêtrière.
"La histeria fue, a lo largo de toda su historia, un dolor que se vio forzado a ser inventado como espectáculo y como imagen; que llegó a inventarse a sí misma […]"; de esta manera, el historiador Georges Didi-Huberman habla de las imágenes, por demás inquietantes, de la iconografía fotográfica de la Salpêtrière. Lo que Charcot redescubriría como la histeria, como una città dolorosa con 4 mil mujeres, incurables o locas, Huberman lo considera un capítulo más de la historia del arte.
Este año, la fotógrafa Laura Hospes, estudiante de la Photoacademy de Ámsterdam, fue internada en un hospital psiquiátrico después de un fallido intento de suicidio. El interés de Hospes por el autorretrato la llevó a producir una serie titulada UCP-UMGC, que consiste en un registro fotográfico que documenta la experiencia de estar en el hospital.
A diferencia de las fotografías realizadas a las internas del hospital de la Salpêtriè, estos retratos fueron tomados por la propia paciente, volviendo su encierro un motivo estético para desarrollar una serie que muestra los distintos estados de ánimo que suceden dentro de un hospital psiquiátrico.
Su herramienta de trabajo: una Canon 5D Mark II equipada con un lente de 50mm f/1.4. Hospes tomó los autorretratos entre el 2 de abril y el 4 de julio de 2015: "Siempre tomo mis fotos en blanco y negro para crear algo de distancia entre el momento extremadamente personal que tengo frente a mi cámara y el espectador", dice acerca de las composiciones.
Los autorretratos de Hospes ofrecen una visión palpable de emociones complejas: una mezcla de miedo, tristeza, soledad, enfado, inquietud y a veces desesperación, aunque con una estética mucho menos agresiva que la del registro relizado por Charcot.
Para trabajar a través del caos emocional Hospes compartió sus retratos con amigos y familiares, para estar cerca de las personas que ama. "Realmente me ayudó a sentirme menos sola", afirma. "Me dio mucho alivio ser yo misma, incluso en esta desagradable situación". Hospes comenzó originalmente el proyecto por sí misma como una manera de expresar sus emociones, pero consideró que traer a otras personas a su mundo era una parte importante del proceso de curación.
"Después de compartirlos descubrí también que me siento un poco rebelde sobre el hecho de que muchas personas muestran sólo las cosas perfectas en su vida en Facebook u otras redes sociales", dice la artista.