Los que fueron a Burning Man hace algunos años coinciden en que este festival/ciudad/utopía/fantasía psicodélica era algo único y permitía creer en un mundo libre de la influencia nefanda del capitalismo y el materialismo rampante. Ahora parece haber cierta coincidencia, al menos entre los viejos burners, en que el festival empieza a ser cooptado por ejecutivos de Silicon Valley, celebridades, coolhunters y un público en general que busca fáciles epifanías tomando drogas o llegando a los límites de la moda, para luego convertirlas en ideas de negocio y en dinero. Publicamos aquí hace unas semanas la crítica de Daniel Pinchbeck al festival, explicando por qué considera que Burning Man está perdiendo su esencia.
Este giro en el Zeitgeist ha sido también rápidamente aprovechado por los medios y las marcas --ahora lo cool es criticar a Burning Man. Dicho eso, este comercial es ciertamente hilarante. Imagina lo que ocurriría si el elenco de The Maze Runner aterrizara en la playa de Burning Man. A la manera de un spoof de Saturday Night Live, se teje una narrativa en la que descubrimos después que se trata de un comercial de sandwiches (puesto que las corporaciones y la mentalidad consumista han permeado ya todo el espacio, incluyendo Burning Man, que era una "zona temporalmente autónoma"). Vemos aquí lo que ocurre cuando lo épico se vuelve cheesy (literalmente, un emparedado con queso en el desierto cósmico de BlackRock).