¿Estamos en la era dorada de la sinestesia?

Los estudios sobre la percepción son en general sumamente complejos, sobre todo porque hay que partir de sensaciones subjetivas y sólo recientemente los avances en neurociencias han servido para descifrar sus misterios.

En el caso de la sinestesia, las mediciones objetivas han demostrado que alrededor de 4% de la población la posee en alguno de sus tipos. Esto según los estudios de David Eagleman, neurocientifico que ha trabajado para intentar responder cómo es que cada cerebro percibe realidades diferentes.

El estudio de la sinestesia ha estado históricamente marcado por una serie de malentendidos, en buena medida porque distintos grupos artísticos (como los románticos en el siglo XIX o los surrealistas a principios del siglo XX) se sintieron intrigados por el fenómeno y lo pusieron en boga. Sin embargo, con la llegada del conductivismo los casos sinestésicos fueron categorizados como estudios acerca de personas sumamente sensibles a asociaciones típicas de la memoria.

El número de publicaciones sobre el tema bajó drásticamente de 135 en 1920 a cinco en 1960.

Antes de la llegada de los escáneres neurológicos, la gente era muy renuente a hacerse cualquier tipo de análisis, según menciona, al igual que otros autores, Siri Hustvedt, autora de The Shaking Woman or A History of My Nerves (La mujer temblorosa), una novela sobre la llamada “enfermedad de los nervios”.

Por su parte Eagleman y su equipo son los responsables del primer laboratorio encargado de estudiar la sinestesia, el cual publica sus resultados en línea a través del sitio synesthete.org. A partir de dichas pesquisas Eagleman pretende dilucidar si la experiencia sinestésica es el resultado de lo comúnmente conocido bajo la expresión “cables cruzados”, o si es genéticamente derivada del exceso de conexiones neuronales en el cerebro (lo cual posiblemente también la haga hereditaria).

Para estos investigadores el reciente interés por la sinestesia es algo positivo, por ser una buena incursión respecto a la comprensión de cómo el cerebro de diferentes personas puede percibir la realidad de formas tan distintas: aun cuando todos nos encontremos sentados observando la misma cosa, la percepción nos permite ver el mundo de manera muy diferente a los demás.

Resulta fascinante que los sinestésicos pasen su vida entera sin sospechar que pueden percibir la realidad de manera completamente distinta a otras personas, pero lo cierto es que, de alguna manera, casi siempre aceptamos la realidad presentada ante nosotros sin ni siquiera cuestionarla. 

Si deseas averiguar si ver un arcoíris de manera involuntaria cada vez que suena tu canción favorita es algo común o no, haz el test del sitio de Eagleman.

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