Al entrar a las aguas de los maravillosos cenotes se puede creer en la divinidad de nuevo. ¿Por qué no construir un templo sobre el conector y enlazador de los mundos?
La pirámide maya de Kukulkán (Chichen Itzá), una de las siete maravillas modernas del mundo, fue construida sobre un cenote, según han descubierto científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En una conferencia de prensa el 13 de agosto de 2015 se dio a conocer el descubrimiento, aunque arqueólogos y científicos ya lo sospechaban desde hace algunos años (por una investigación realizada en 1997 que se suspendió por falta de recursos), pero gracias a la novedosa técnica de tomografía eléctrica tridimensional, que se sirve de electrodos capaces de detectar la presencia de aguas subterráneas, así como su profundidad y espesor, fue posible sugerir que el cuerpo de agua bajo la pirámide mide 25m de norte a sur, con unos 20m de profundidad.
Se destacó que la parte superior del cenote no está colapsada, y que la pirámide se ubica sobre una capa de roca caliza de unos 5m de grosor.
De manera intrigante, los geofísicos también detectaron la presencia de agua bajo la pirámide de El Osario, en la misma zona arqueológica, hecho que catalogaría este descubrimiento como algo más que una mera coincidencia. De hecho, nadie se atrevería a pensar que una de las civilizaciones más avanzadas hiciera algo tan azarosamente sorprendente.
A cielo abierto, semiabiertos, subterráneos o en gruta, los cenotes (‘hoyo con agua’, ‘dzonoot’ en maya) son depresiones geológicas inundadas, formadas por rocas calizas y originadas por procesos de colapsos por la erosión de los suelos. De entre las entrañas de estas cavernas se han recuperado vasijas de cerámica y huesos.
¿Será posible que los mayas edificaran conscientemente las pirámides justamente sobre estas prístinas entradas al inframundo?
Esta es la pregunta que los resultados geológicos le plantean a la arqueología.
Próximamente iniciará la segunda parte de esta fascinante investigación, que tratará de desentrañar si existe alguna comunicación o pasaje secreto entre pirámide y cenote.
¿Será que también estaba fríamente calculada la interconexión entre las imponentes pirámides mayas y las profundidades terrestres y marinas?
Todo suena a un perfecto y planeado ingenio maya: construir una edificación que fuera una conexión integral entre los diferentes planos o mundos: el cielo, la tierra y el inframundo.