Estas empresas de alimentos mexicanas se niegan a revelar de qué están hechos sus productos

La publicación digital Sin Embargo ha hecho un interesante reportaje sobre la negativa de algunas de las productoras de alimentos más populares de México a revelar cómo y con qué ingredientes son fabricados sus productos de consumo masivo. Esto a partir de una petición de transparencia de la organización civil Greenpeace. Según el periodista Alejandro Páez Varela, quien firma el reportaje, "casi la totalidad de las grandes empresas que alimentan a los mexicanos se niegan a mostrar la información sobre sus procesos de producción. Y se niegan porque, se sospecha, esconden un cochinero". Podemos pensar que ese "cochinero" es una serie de ingredientes procesados llenos de conservadores y demás sustancias químicas, así como la fabricación de los productos en lugares que podrían estar contaminados o donde se producen otro tipo de alimentos que podrían causar problemas alérgicos. El mismo artículo señala:

Un cereal de Kelloggs o un jugo de Jumex o unos chiles de La Costeña podrían verse muy apetitosos pero, ¿y si la avena, el durazno o los cuaresmeños son regados con plaguicidas e insecticidas, o son adquiridos a pequeños productores que no cumplen con normas mínimas? Y todavía más allá: ese maíz o la caña de azúcar que usan Coca, Pepsi o Gruma podrían oler muy rico pero, ¿y si, a escondidas del público, están contaminando los campos y los campos escurren tóxicos a los mares, desde donde sacamos otra parte de nuestros alimentos?

La lista negra antitransparencia de Greenpeace incluye a Bachoco, Gruma, Hérdez, La Costeña, Kelloggs, Pepsi, Coca-Cola, La Moderna, Jumex y Bimbo.

Según Sin Embargo, estas empresas tienen un nivel de penetración casi universal en México. Por ejemplo:

[Bimbo] tiene una penetración en el 99.3% de los hogares en México y forma parte de las 10 empresas de industrialización de alimentos más grandes del mundo, con ventas de 11 mil millones de dólares. Hérdez, por su parte, está en más del 50% de los hogares y se encuentra entre las 10 marcas de alimentos en México. Y juntas, Bimbo, Gruma, Bachoco, Hérdez y La Costeña, están dentro del top 10 de las empresas de alimentos más relevantes del país, de acuerdo con datos actualizados de Greenpeace.

Esto muestra que en México, debido a la pobreza extrema, al nefasto influjo de la publicidad y a la poca educación, la mayoría de las personas se ve obligada a consumir alimentos procesados de mala calidad que muchas veces son pobres reemplazos de alimentos naturales mucho más nutritivos cuya producción ha sido desplazada por los monopolios. México es el país de los refrescos, las fritangas, los panecillos, los dulces, las papitas, las garnachas y demás comida chatarra. Como dice el periodista del New York Times experto en alimentos, Michael Pollan, uno debería "comer comida real, no demasiada, la mayoría plantas". Esto lamentablemente es sumamente difícil para la mayoría de la gente, cuando antes era lo más fácil; las cosas están al revés: comer plantas sin procesar tiene un mayor costo para el bolsillo de las personas (aunque no hacerlo sale más caro a la salud y al planeta). La frase de Pollan es especialmente relevante puesto que, cuando dice "comer comida real" ("real food"), se refiere a cómo la mayoría de los alimentos procesados que encontramos en el supermercado nos hacen dudar si calificarlos como alimentos o como una especie de híbrido, injerto, comida basura, modificación genética, frankenfood. En esta dudosa clasificación entran todos estos productos. 

  

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