El amor por lo ridículo es un pulso cultural que nos ha acompañado a lo largo de la historia. Si bien los criterios para definir qué es ridículo y qué es ordinario, incluso cotidiano, son relativos, de vez en cuando nos encontramos con manifestaciones que a todas luces tributan la rareza como una máxima existencial.
Inmersa en la selva de Indonesia, en la provincia de Magelang, se erige una de las construcciones más estrambóticas que se hayan registrado. Se trata de un monumental templo, el Gereja Ayam o "Iglesia del Pollo", que guarda la figura de una monumental ave de esta especie.
El edificio fue construido por Daniel Alamsjah, en respuesta a una “visión divina” que tuvo y que tradujo como un llamado a edificar esta especie de templo en forma de paloma (aunque al colocarle una corona que se asemeja a la cresta de una gallina, termino conociéndose como "Iglesia del Pollo"). El lugar fungió, hasta hace 15 años que entró en desuso, como un refugio para viajeros de cualquier religión que necesitaran cobijo, mientras que otra área se utilizaba como centro de rehabilitación y terapia para la gente de los alrededores.
Actualmente el sitio se encuentra abandonado aunque recibe la visita de cientos de curiosos, y la selva indonesia parece haber reclamado el extravagante templo, como una especie de tributo.