¿Qué sentirías si tus médicos te insultaran cuando estás bajo anestesia? Este hombre los demandó y ganó

Estar tendido en una mesa de operaciones es una de las experiencias más desagradables que pueden existir; de no ser porque millones de personas pasan por ella cada año para salvar la vida, probablemente ni nos acercaríamos a los quirófanos. La excepción a esta regla, naturalmente, son los médicos y enfermeras que se vuelven héroes en esos lugares donde se decide la vida y la muerte, y cuya sola presencia impone todavía los valores encarnados en la medicina occidental.

Es por eso que un hombre de Virginia, Estados Unidos, quedó consternado cuando escuchó la grabación que hizo de su cirugía con su smartphone. Él solo pretendía grabar las instrucciones de cuidados postoperatorios, pero terminó grabando la intervención completa, así como todas las groserías, insultos, mentiras e incluso amenazas de agresión que el personal médico intercambio mientras él estaba anestesiado.

Algunos fragmentos de la grabación pueden escucharse en el Washington Post (en inglés); los comentarios del anestesiólogo y de los médicos involucrados en la colonoscopía del paciente se ponen de acuerdo para darle indicaciones falsas cuando este despierte. Pero las agresiones comenzaron de otra forma.

"Luego de 5 minutos hablando contigo antes de la operación quería golpearte en la cara, y me faltó poco", dijo la anestesióloga apenas comenzada la cirugía. Luego hicieron burla de un rash que tenía el hombre en un brazo, haciendo también bromas sobre que el paciente podría tener sífilis o Ébola en el pene. También se burlaron del miedo del paciente a las agujas, comentando: "Bueno, ¿y por qué las ves entonces, retrasado?", algo con lo que muchos podemos empatizar.

El hombre demandó al personal médico del hospital y, luego de un juicio de 3 días, un juez determinó que el hombre debía recibir 500 mil dólares como indemnización, 200 mil de los cuales son solamente por daños punitivos. Los abogados de los médicos no han dado declaraciones, por lo que no se sabe si su licencia será revocada.

Empatizando un momento con la posición de los médicos, podríamos pensar que en un contexto hospitalario el humor que se maneja sería considerado de mal gusto para alguien que no se dedique a la salud. Recordemos la manera en que los médicos pueden hablar del cuerpo con cierta distancia cruda, y todo eso. Está muy bien. Lo que no es admisible es el escarnio hecho a costa de la confianza de sus pacientes cuando se trata de dar información falsa, pues en la grabación también acuerdan hacerse llamadas falsas para no tener que contestar preguntas ni dar indicaciones en el postoperatorio. Una mala experiencia que puede traducirse en un extraño golpe de suerte.

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