Extremistas islámicos utilizan poemas para reclutar nuevos miembros

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Presunto miembro de ISIS en un video de 2014 (via Reuters)[/caption]

El arte y la poesía no son solamente un camino de conocimiento y expresión: sus medios y recursos pueden utilizarse con fines propagandísticos, cuando no francamente bélicos. Y es que aunque las producciones artísticas no estén totalmente desvinculadas de sus motores ideológicos (conscientes o inconscientes), la poesía y el poder tienen una relación mediada por sangre.

Algunos grupos islámicos radicales utilizan videos, redes sociales y panfletos poéticos para reclutar a nuevos elementos. El tono y tenor de la actual poesía militante retoma el ritmo y rima de la rica tradición árabe del periodo previo al Islam, una era de constantes y brutales guerras tribales donde la poesía debía demoler simbólicamente al enemigo que los ejércitos buscaban destruir en el campo de batalla. 

Como si fuera un elemento más del ejército, los sha'ir eran hombres y mujeres dotados --según la tradición-- de poderes verbales para vilificar al enemigo y levantar el espíritu del propio grupo. Platón mismo, en su famosa expulsión de los poetas en La República, reconoce que el único fin legítimo de la poesía es incitar a los ejércitos a la lucha.

El imaginario del que abrevan estas composiciones glorifica la violencia y las virtudes del honor masculino. Estos son algunos versos de al-Shaykh al-Jaburi, un poeta actual relacionado con Al Qaeda.

Diles adiós con tus balas, tal como las recibiste
Diles adiós con cohetes, tal como los recibiste
Atácalos y maldícelos y maldice a los que se alían con ellos
Destruye las mansiones palaciegas y destrúyelos
Azota a cada malvado, azótalos
Diles adiós y esparce pétalos de rosa sobre el suelo donde pelearon
 

Comparemos el poema anterior con algunos versos de Shanfara, un poeta de la época anterior al Islam (siglo VI de nuestra era); a pesar de que es un poema brutal, la delicadeza de sus imágenes habla de una concepción del mundo radicalmente distinta: 

Ay, noche desafortunada cuando el cazador echa al fuego
su arco, y el madero de su flecha.
He atravesado la llovizna y la negrura, encendido de hambre,
crujiendo por dentro, temblando, rebosante de terror;
y luego de hacer viudas a las mujeres y huérfanos a los niños
volví tal como vine, y la negra noche era aún más negra.
 

Se dice que el mismo Mahoma desaprobaba la difamación en que incurrían los poetas antiguos del periodo preislámico; sin embargo, el Corán rebosa de ritmo e imagen para transmitir la ley de Alá a sus fieles. Irónicamente, los reclutadores de células terroristas de hoy ven enemigos incluso en su mismo pueblo; las guerras tribales previas al Islam renacen de algún modo, en la actualidad, como brutales controles políticos de grupos extremistas (ISIS, Al Qaeda, el Estado Islámico) sobre la población que deberían defender. 

La poesía militante siempre está al borde de la retórica, y los versificadores islamizantes como al-Jaburi envían sus dardos no solo contra el enemigo extranjero, sino contra la mayoría musulmana:

La mayor parte de la gente son desgraciados miserables
Son aquellos que duermen en los bolsillos de los dictadores y cantan sus loas día y noche...
La mayor parte de la gente son desgraciados miserables,
Se alían al opresor que arrebata el alimento de la boca de los pobres...
Aunque vean a la comunidad musulmana llorando y sufriendo en el suelo...
La mayor parte de la gente son desgraciados miserables, ya sean cultos o ignorantes.

En la historia literaria árabe, este tipo de denuesto a las "mayorías ignorantes" puede rastrearse hasta los kharijis, una minoría extremista que denunciaba violentamente a los que buscaban la paz, o simplemente a aquellos musulmanes que no se unieran a ellos. Al Qaeda ha utilizado poesía khariji como parte de su arsenal lingüístico, a pesar de que los kharijis del siglo VII son vistos por los musulmanes actuales como sectas intolerantes. 

La poesía forma parte de la identidad árabe desde los años escolares, donde los niños aprenden selecciones de versos clásicos, además de que las lecturas rituales del Corán tienen un efecto rítmico y emocional muy poderoso entre los creyentes. Lo que los reclutadores de las células terroristas hacen es apelar a un imaginario nacionalista que la gente ha absorbido desde la escuela, y ocuparlo como una programación lista para ser activada en el momento conveniente --muy similar a esos versos que cantan los niños mexicanos cada lunes, y que tienen una función similar de instigar al combate y al odio: "un soldado en cada hijo te dio". 

(versiones de Javier Raya)

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