Aunque una mercancía sea la misma, su valor en el mercado es distinto dependiendo de las circunstancias que la rodean. Esto, que es cualidad elemental de la economía de libre mercado, se cumple también en el caso de las mercancías “ilegales”, las cuales se integran a ese circuito de consumo con el añadido de la prohibición que pesa sobre ellas. Sin embargo, para el capital no hay imposibles, y si hay alguien dispuesto a pagar por algo, el sistema mismo se encargará de generar las condiciones para hacer que dicha compra se efectúe.
En el video que acompaña esta nota se observa cómo 20 dólares se convierten en cantidades muy distintas de diferentes sustancias que califican como "drogas" --en algunos casos permitidas y en otros perseguidas por la ley, de la marihuana al whisky.
La elección de esta categoría permite atisbar esa singular regulación del mercado, por momentos casi enigmática y acaso también extravagante (como sucede con los cigarrillos en Noruega y Filipinas, por ejemplo), los muchos factores involucrados en la atribución de valor de una mercancía y también, en otro sentido, cómo ciertas sociedades parecen tener un vicio predilecto, al que cultivan y favorecer por las bondades que les provee.