Cerca del valle de los reyes y las reinas en Egipto, en un poblado llamado Deir el-Medina, situado en el actual Luxor, fue encontrado un frágil papiro en una vasija. Su contenido causó revuelo y controversia. Fue adquirido por Benardino Drovetti, cónsul francés, abogado, explorador y coleccionista que obtuvo la mayoría de sus piezas a través de saqueadores de tumbas. El contenido del papiro fue considerado obsceno y durante la época victoriana su existencia se mantuvo oculta de los ojos del público. Actualmente se encuentra en el Museo Egizio de Turín.
El papiro 55001 o Papiro de Turín se compone de dos partes. La primera muestra animales realizando tareas humanas, como tocando un arpa o la flauta; la segunda parte consta de 12 escenas de sexo tanto explícito como diverso. Aún en la actualidad este objeto es motivo de discusiones entre los egiptólogos, quienes se preguntan qué es lo que realmente representaba este papiro erótico.
Hay quienes creen que es un registro de la vida de los dioses. El doctor Richard Parkinson, curador de exposiciones de Egipto y Sudán para el Museo Británico, afirma que “de alguna manera, los egipcios eran muy diferentes a nosotros. Ellos son muy discretos sobre la actividad sexual humana, pero cuando se trata de los dioses, la iconografía, para nosotros, parece ser simplemente pornográfica”.
El sexo para los antiguos egipcios tenía un papel crucial. Existen grabados que muestran a sus dioses realizando actos sexuales para crear al mundo, además de imágenes cuyo simbolismo es una codificación de temas eróticos, las cuales eran grabadas en las paredes de las tumbas. Estos sitios de reposo simbolizaban portales a la vida después de la muerte, al renacimiento. Definitivamente una condición para el surgimiento de esa nueva vida es que tuviera lugar la actividad sexual necesaria para la concepción de un nuevo ser: el sexo era el lugar de encuentro de la dualidad entre la vida y la muerte.
Además, este ciclo de muerte, sexo, concepción y renacimiento tenía una gran importancia pues estaba profundamente relacionado con la fertilidad. Por esta razón hay quienes se preguntaron si el pergamino en realidad representaba un ritual de alquimia sexual: quizá el pergamino sería la respuesta para las parejas que tenían dificultades para concebir un hijo, pues se sabe que los rituales alrededor de la procreación tenían un lugar dentro del panteón egipcio a través del dios Bes, quien era el cuidador de los niños y guardaba a las mujeres embarazadas durante el parto.
El pergamino contiene algunas notas al margen que resultan ser los candentes diálogos entre las parejas de las viñetas: “Ven tras de mí con tu amor, ¡Oh Sol! Has encontrado mi corazón…”. El papiro podría ser la simple representación de un burdel en Tebas. Las flores de loto que se encuentran sobre las cabezas de los personajes de estas viñetas eróticas indican que podrían estar bajo la influencia del narcótico que puede obtenerse de esa flor. Finalmente hay quienes prefieren dejar el misticismo de lado y sostienen que el pergamino erótico de Turín simplemente es el equivalente a una revista erótica del antiguo Egipto, en cuyo caso pudo ser comisionada a artistas por alguien de estatus elevado, pues la fina ejecución de los dibujos testifica que fue realizado por manos hábiles.
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