"Déjenme les platico sobre mi problema con las niñas. Tres cosas ocurren cuando ellas están en el laboratorio: te enamoras, se enamoran de ti, y cuando las criticas lloran". Así argumentó el bioquímico Tim Hunt, premio Nobel de Medicina en 2001, su opinión de que la interacción entre géneros es problemática para la ciencia.
Las declaraciones de Hunt, vertidas durante la World Conference of Science Journalists en Corea del Sur, llegan justo en un momento en el que se debate álgidamente la discriminación de género en el mundo de las ciencias y el sexismo --el cual evidentemente Hunt corrobora con sus declaraciones-- que afecta a decenas de miles de científicas.
A partir de esta intervención se desataron incontables protestas en medios y redes sociales, condenado la postura del Nobel. La presión fue tal que Hunt se vio obligado a renunciar a su cargo como profesor honorario del University College London y, por fortuna, su sexismo llega en buen momento para sumarse a los argumentos de la campaña que busca equilibrar las oportunidades entre hombres y mujeres en el plano de las ciencias.