Las computadoras no solo crean increíble arte onírico, también son críticas de pintura con una precisión matemática, como muestra este trabajo realizado por los científicos Ahmed Elgammal y Babek Saleh, quienes crearon un complejo ranking escaneando diferentes colecciones digitales de arte para encontrar conexiones entre las obras. Su algoritmo evalúa de manera comparativa la relación entre las obras, incluyendo la influencia que tienen entre sí, buscando llegar de esta forma a una noción relativamente objetiva de la importancia y la creatividad mostrada en una obra. Se probó este algoritmo en más de 62 mil pinturas hechas de 1400 a la fecha.
Los resultados sugieren que obras como El grito de Edward Munch e, inesperadamente, Yellow Still Life de Roy Lichtenstein son algunas de las obras más creativas de la historia. Queda claro que la belleza sigue estando en el ojo que la percibe o en el programa que la mide.