Ante la falta de regulación en cuanto al consumo de cannabis en sus tipos de cepa y diferencias de consumo, y dado que cada cuerpo y mente reaccionan distinto a los diversos tipos de plantas, es difícil reducir a un número los muchos tipos de experiencias (“viajes”) con que puedes encontrarte al usarla fumada o ingerirla. Sin embargo, nos dimos a la nada penosa tarea de sintetizarlos en seis tipos básicos de experiencias polarizadas según un grado (altamente subjetivo, vale considerar) de placer y malestar con respecto al consumo de marihuana.
Los mejores
1. Eufórico
Para muchos fumadores la cannabis es una contraseña para un estado de alegría sencilla y abierta, de tranquilidad y sociabilidad, lo que permite experimentar un lado muy divertido y alegre de la vida. Probablemente es uno de los efectos más buscados por los fumadores recreativos y ocasionales, debido a que cuando pasan los efectos eufóricos se puede experimentar un poco de hambre, sueño o el punto 2 de esta lista.
2. Relajación
Muchos atletas (los practicantes de yoga, por ejemplo) son aficionados ocasionales a la cannabis porque permite observar con claridad la conexión entre el estado de nuestra mente y el de nuestro cuerpo. Luego de un día agitado de trabajo/entrenamiento, la cannabis puede relajar los músculos del cuerpo acompañándola con un masaje. Un gran plan para cualquier noche, en realidad.
3. Creatividad
Para los del tipo “artístico” y creativo en cualquier campo, la cannabis es un excelente desinhibidor de la creatividad gracias a sus efectos sobre la percepción. De pronto los alrededores parecen cobrar vida, o simplemente recuerdas cosas bajo una perspectiva nueva y sorprendente. Todo parece más vívido y más sencillo, como un Red Bull para el alma.
Sin embargo, como toda sustancia cuya administración altere el funcionamiento del cuerpo, la cannabis puede presentar efectos secundarios incómodos, “malviajes”, así como sensaciones difíciles de describir a menos que se hayan experimentado en uno mismo. Lo que nos lleva a…
Los peores
1. Paranoia
La percepción aumentada de los sentidos y la viveza con que se experimentan algunos recuerdos puede provocar ansiedad y pensamientos paranoicos esporádicos. Pueden dispararse a causa de falta de información acerca de la concentración de THC de la planta (lo que en los mercados ilegales simplemente no está disponible), lo cual determina la potencia del viaje, además de que cualquier cosa que sientes se presenta de manera hostil a la conciencia.
2. Pereza
Hay una pequeña diferencia entre estar “baked” y estar al borde del letargo. Esa pequeña diferencia pueden ser un par de caladas extra al porro, o no haber comido bien antes de fumar. El caso es que te has convertido en un adorno más de tu sala de estar, en un mueble, en un electrodoméstico sin energía para estirarse un poco y pedir una pizza por teléfono.
3. Insomnio
Probablemente el peligro más grave que se puede correr al consumir cannabis de manera recreativa es la aparición de períodos insomnes e inesperados. No importa qué tan cansado estés, no puedes dormir. Algunos tratan de noquearse fumando un poco más, agudizando el problema. Por lo general los síntomas desaparecen pocos días después de dejar de fumar cannabis.
Por otro lado, no está de más considerar el hecho de que los efectos secundarios negativos pueden prevenirse con un poco de información y responsabilidad por parte de los consumidores, y las incomodidades asociadas a la cannabis desaparecen totalmente pocos días después de interrumpir el consumo. En otras palabras, es técnicamente imposible volverse adicto a la cannabis, aunque se puede desarrollar una fuerte dependencia psicológica, como al café y otros estimulantes. Naturalmente, ese sería tema de otro artículo.
¿Has experimentado estos u otros tipos de high? ¿Cuál disfrutas más, cuál es más incómodo?