Pocas fotografías tienen la cualidad de hacernos cuestionar nuestras suposiciones del mundo, pero aún más pocas consiguen cuestionar nuestras suposiciones del infierno. ¿Qué elementos lo conformarían para nosotros? El fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado nos lleva inmediatamente hasta ese lugar.
Cada unas de sus cientos de fotos análogas habla de la riqueza de lo peculiar, lo terrorífico, lo universal. Sus composiciones son como un golpe seco de realidad, con la fascinante paradoja de que ese golpe lo da la representación, su singular encuadre de la realidad, llena de profundidad de campo. Pero Salgado no trabaja con formatos digitales ni con efectos especiales (p. ej. Photoshop, Instagram, etc…), a los cuales llama “magia barata”. Él, como uno de los últimos fotógrafos “físicos” del planeta, sale a retratar el mundo con sus cámaras análogas y lo que captura es el resultado final.
The Guardian incluso lo describe como el último gran fotógrafo del mundo; “al menos en la tradición clásica, humana, en blanco y negro que dice verdades profundas”. A lo largo de poco más de 4 décadas, Salgado se ha dado a la tarea de documentar el drama social y ecológico del mundo, pero más que un activista, es, en sus palabras, "un abogado de la realidad". Tanto así que su realidad genera una enorme y potente ficción. En esta selección de fotografías, el fin del mundo es la cuestión. En algunas parecería un infierno, en otras un imposible paraíso.