A veces la ingeniería nos ofrece construcciones que a primera vista parecen increíbles e irrealizables pero que, contra todo pronóstico, están ahí, al servicio de nuestras necesidades.
Tal es el caso de este puente carretero localizado en Eshima Ohashi, al oeste de Japón, entre las ciudades de Matsue y Sakaiminato, el cual semeja la invención fantástica de un paisaje de videojuego o de algún otro territorio imaginario, o quizá la pendiente de una montaña rusa, pero de ninguna manera un camino real.
Entre las cualidades de este puente se cuenta que es el más largo de Japón y el tercero más largo del mundo; su altura es de poco más de 40m y la razón de su diseño es que, de esa manera, permite el paso de las embarcaciones pesqueras y de otro tipo que tienen su centro de actividad en puerto de Sakaiminato.