Una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud ha apilado gran cantidad de evidencia que comprueba que el popular herbicida glifosato, manufacturado por Monsanto, es nocivo para la salud de múltiples formas. A partir de esta investigación, según informa The Guardian, Colombia suspenderá la fumigación aérea de los plantíos de coca.
Estas fumigaciones han acabado con más de mil hectáreas de cultivos legales, la mayoría de ellos pertenecientes a pobladores indígenas, ya que el herbicida de Monsanto es devastador para la tierra y contamina el agua. Colombia utilizaba desde hace 20 años el herbicida conocido como Roundup como parte de la ayuda material que realiza Estados Unidos para luchar contra el narco. Gran ayuda, coincidirán seguramente los campesinos colombianos.
Por otro lado, según el diario El Mundo la medida, promovida por el presidente Santos y apoyada por la Corte, de manera sumamente extraña no contempla suspender la fumigación de otros productos agrícolas, los cuales según el ministro de Justicia, Yesid Reyes, componen 91% de los cultivos en los que se emplea el glifosato, el cual incluso puede producir cáncer.
El otro problema en ciernes es la posibilidad de que al suspender este programa de erradicación la producción de coca estalle aún más en Colombia, país que ha superado a Perú recientemente como el máximo productor de esta planta utilizada para fabricar cocaína. Según el Procurador General, Alejandro Ordóñez, existe la alarmante posibilidad de que "el país nade en coca".
Mientras tanto los consumidores hipsters en Nueva York o en Ámsterdam quizás estén dispuestos a pagar más por su cocaína al saber que está libre de contaminantes de Monsanto, el agrogigante más aborrecido en el mundo.