La inteligencia, dicen algunos, es el primer afrodisíaco, y aunque esto es algo que sólo puede comprobarse en la práctica, de entrada podemos aceptar que, cuando en una persona se combinan los atributos físicos con los intelectuales, sin duda sintetiza dos de las cualidad más preciadas en muchos de los contextos culturales que reinan en el planeta.
Este es el caso de Alexandra Kosteniuk, ajedrecista que ha sido ya campeona mundial y cuya belleza perturba el mundo de los escaques y los enroques.
Nacida en Perm, Rusia (cerca de los Montes Urales), en 1984, Kosteniuk comenzó a jugar ajedrez desde los 5 años gracias a las enseñanzas de su padre. Su primer triunfo llegaría a los 17, cuando derrotó a la china Zhu Chen en el Campeonato Mundial de Ajedrez Femenil de 2001.
A partir de entonces su carrera iría en ascenso, conquistando títulos en su natal Rusia, en Europa y en campeonatos internacional de especial renombre (por ejemplo, el torneo Chess960, creado por el legendario Bobby Fischer, en el cual fue la primera mujer en llevarse el primer puesto). Hasta ahora su mayor triunfo fue haber derrotado en 2008 a Hou Yifan, una joven jugadora que se considera un prodigio del ajedrez y que entonces contaba con 14 años de edad.
Ahora, si bien puede apreciarse algo de ligereza y sensualidad en el mundo ajedrecista, lo cierto es que tampoco deja de llamar la atención que en algunas de sus actitudes Kosteniuk denota un cierto complejo de playmate, una veta condensada en algunas de sus más atrevidas photoshoots.
En todo caso y por su juventud, la “Gran Maestra” se permite decir que el ajedrez es cool y que “la belleza y la inteligencia pueden ir juntas” —consideración esta última que, como una especie de mate, no podemos más que aceptar con resignación, pero al mismo tiempo, celebrando que algo así exista en nuestro mundo.