El concepto de “esculpir la luz” cobra un nuevo significado en las obras Thought Forms y Shard of Light del fotógrafo James Nizam, quien transforma la iluminación natural en una serie de figuras geométricas trazadas con luz en el espacio vacío.
Tras estudiar el movimiento de la luz y sus cambios a lo largo del día, el artista canadiense abre un pequeño orificio sobre una ventana cubierta y deja entrar un rayo de sol en diferentes momentos del día. A continuación redirige el haz de luz mediante un juego de espejos hasta trazar en el aire estructuras geométricas tridimensionales que, como bien lo dice el título de la obra, remiten a manifestaciones abstractas del pensamiento.
De algún modo esta serie de imágenes nos recuerda al sueño de todo arquitecto: construir a base de luz. Y si bien Nizam lo ‘logra’ en torno a abstracciones conceptuales, lo cierto es que su obra también manifiesta también un alma lúdica, incluso infantil –y aquí es cuando sus diamantes etéreos evocan también una sincrónica coreografía de espadas Jedi.
Shard of Light es una suerte de velo divino extraído de su contexto original para ser instalado en la humana cotidianeidad. Un juego de luces y espejos que resulta perfectamente acariciable con la mirada.
