En la historia de nuestra evolución como especie hay algunos acontecimientos capitales que, en cierta forma, determinaron nuestra separación respecto del mundo. La agricultura y el descubrimiento del fuego son quizá los que mejor reflejan esa posibilidad de manipulación de los recursos exteriores a nuestro favor que nos distingue de otras especies. Otro de estos acontecimientos importantes es la domesticación de los lobos y su posterior evolución en perros.
Recientemente, Pat Shipman dio a conocer una hipótesis que otorga todavía más valor a este hecho. De acuerdo con la antropóloga de origen estadounidense, la alianza entre lobos y Homo sapiens fue un factor decisivo en la extinción del Homo neanderthalensis, la especie humana que por siglos habitó Europa hasta que desapareció sin que hasta la fecha se conozca la razón definitiva: algunas investigaciones relacionan la extinción con el cambio climático, y la otra hipótesis que goza de aceptación responsabiliza al Homo sapiens (venido de África) del exterminio de los neandertales.
Shipman parte de esta última premisa y a la mejor tecnología y capacidades del Homo sapiens añade la domesticación del lobo ocurrida poco después de la llegada de este a Europa. A diferencia de los neandertales, los Homo sapiens formaron una alianza estratégica con los lobos para cazar: los animales rastreaban y acosaban a la presa y los Homo sapiens se encargaban de matarla. Al final, cada uno recibía su parte correspondiente por el trabajo realizado y por los beneficios obtenidos: los Homo sapiens, por ahorrarse la fatigosa tarea de perseguir a un animal ante el cual físicamente se encontraban en desventaja; los lobos, por no arriesgar su vida con animales de mayor tamaño (mamuts, alces, etc.) o ante otros predadores.
“Seres humanos y perros de cacería eran, y todavía lo son, una combinación letal”, dijo Shipman, de ahí que desde que se formó, dicha alianza se haya colocado en la punta de la cadena alimenticia, incluso por encima de otros carnívoros como los leones y las hienas, que por entonces también habitaban algunas zonas de Europa. En cuanto a los neandertales, que cazaban a los mismos animales pero con sus propios recursos, poco a poco fueron desplazados y superados por los Homo sapiens.
Una de las pocas objeciones que ha recibido esta hipótesis es que, para funcionar, la domesticación de los lobos tendría que ser más antigua de lo que se cree hasta ahora. Muchos creen que esta ocurrió hace 10 mil años (a la par del desarrollo de la agricultura), otros extienden la antigüedad a 15 mil años, pero Shipman retrocede 33 mil años y a partir de un descubrimiento reciente realizado en Siberia y Bélgica (fósiles de lobos que muestran ya señales de domesticación, como las mandíbulas más anchas), propone esta posibilidad.