Rebeldía, fantasía y antiarte son sólo algunas de las características fascinantes del dadaísmo. Surge como un desencanto de la Europa de posguerra donde la indignación provocó una ruptura del orden establecido, por lo que la búsqueda de la renovación en la expresión artística se buscó a través del uso de materiales inusuales, simples pensamientos sin conexión alguna, gestos y manifestaciones provocadoras.
Notaremos entonces un paralelismo con el feminismo, este movimiento histórico que ha buscado la igualdad y equidad de derechos entre hombres y mujeres. Este, al igual que el dadaísmo, surge a partir de una inconformidad y un desencanto del orden establecido. Se fomentó por consiguiente una manera nueva en que las mujeres (y hombres) se expresaban a través del uso de materiales inusuales, simples pensamientos, gestos y manifestaciones provocadoras.
La asombrosa asociación resalta cuando ambas nociones encuentran una fusión arquetípica. Es decir, cuando mujeres dadaístas sorprendieron al mundo con sus declaraciones anti statu quo. Como por ejemplo, la siguiente lista de aquellas antiartistas que pasaron a la historia por su constante sed de la diferencia:
La más joven de los hermanos Duchamp, Suzanne, vivió en el famoso quartier Montparnasse (París, Francia), donde se formó en la École des Beaux-Arts en Rouen. Una de las claves del trabajo dadaísta de Duchamp fue Multiplication brisée et rétablie (1919), donde expuso la trinidad sagrada del dadaísmo: una sensibilidad antiestética, un collage y un texto. En su abstract, ella escribió: “El espejo podría romperse, el andamio podría tambalearse, los globos podrían irse volando, las estrellas podrían desaparecer, etcétera”.
Sophie Taeuber-Arp
Esposa y colaboradora del dadaísta Jean Arp, el trabajo de Taeuber demostró tener una afinidad por la gama de colores y geometrías, la cual despertó la creencia en el poder nato de la expresión entre el color, la línea y la forma, así como un ingenio y una libertad inusuales. De acuerdo con Oxford University Press, “ella rechazó la esquematización progresiva de sus contemporáneos en relación de la forma objetiva. Durante los años del dadá en Zurich (1916-20), Taeuber-Arp no sólo pintaba, también realizaba una serie de cabezas de madera policromáticas. Entre ellas se encuentra el retrato de Jean Arp (1918-19), un diseño de marionetas y sets para un evento de König Hirsch (de Carlo Gozzi, 1918). Simplemente era una bailarina que se presentaba en las noches del Cabaret Voltaire”.
Beatrice Wood (o la Mamá del dadá)
Emmy Hennings
Baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven
Mina Loy
Esta chica bohemia se convirtió en un icono del dadaísmo que exploró formas y materiales poco convencionales. Una de sus obras más conocidas del Greenwich Village pasó por un proceso de juicio. Sus poemas coquetearon con un modernismo onírico, irreverente y provocador, poco visto en una mujer en esa época. Entre lo chic y el shock:
A silver Lucifer
serves
cocaine in cornucopia
To some somnambulists
of adolescent thighs
draped
in satirical draperies
Peris in livery
prepare
Lethe
for posthumous parvenues
Clara Tice
Su atractivo fue su estilo de cortes. Ella ayudó a organizar una de las primeras exhibiciones de arte independientes (con la Sociedad de Artistas independientes); luchó contra la censura cuando la Sociedad para la Supresión del Vicio intentó desaparecer sus performances y algunos de sus artículos en revistas populares como Vanity Fair.