La miel es lo más parecido a la ambrosía o al néctar divino que conoce el hombre pero también, en su naturaleza pegajosa y empalagosa, puede evocar una dimensión más baja de realidad, especie de pantano dorado de confusión, charco de luchas eróticas. Estas imágenes de Blake Little, sin ser una idea muy original que digamos, resultan sorprendentes simplemente por llevar al exceso la fascinante e incómoda textura de la miel, siempre juego de paradojas. La miel, que significa generalmente lo más dulce y delicioso de la existencia, es a la vez lo más problemático y revoltoso. Cuando derramas la miel, todo se pega con todo, los movimientos se vuelven torpes y lentos --como si fuéramos abejas borrachas.
Monstruos de miel, budas de miel, bailarinas de miel, bestias de miel, trances de miel, meditación de miel; miel como una versión alternativa al Ice Bucket Challenge.
Preservation, de Blake Little, tiene una premisa muy sencilla: arrojar galones de miel a modelos de múltiples extracciones, tamaños y formas, entre lo más sutil y lo más craso y tomarles fotografías escurriendo esta sustancia, en una moderna doctrina de la miel.
No sabemos cómo terminó la sesión, pero con las presiones ecopolíticamente correctas, suponemos que los modelos se lamieron por días y días, aprovechando el oro líquido.
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