Cocinar en horno de microondas no sólo muestra un pobre interés por tus hábitos alimenticios, sino que afecta definitivamente el sabor y la consistencia de tu comida. ¿Te has preguntado por qué las cosas que calientas en el microondas se reblandecen y saben como si alguien las hubiera digerido previamente?
Según un grupo de químicos de la Universidad de California en Davis, la razón es el agua.
[caption id="" align="alignright" width="185"]Los hornos de microondas no cocinan durante el suficiente tiempo o la suficiente temperatura para que la comida pase por un proceso químico llamado reacciones de Maillard. Se trata de interacciones complejas entre moléculas de azúcar y aminoácidos. Helen Yeo y Takashi Shibamoto demostraron que, aunque cierta cantidad de agua es necesaria para absorber la radiación de microondas y calentar la comida, demasiada agua interfiere con las reacciones de Maillard, derivando en uno de dos resultados: 1) la comida se calienta demasiado en algunos puntos y queda fría en otros por exceso de agua; 2) la comida se seca y deshidrata por falta de agua.
Cuando cocinas en un horno tradicional (de gas, de leña, etc.) el agua se calienta a la misma velocidad que el resto de los ingredientes; pero en un horno de microondas, se calienta mucho más rápido y se evapora, por lo que la comida tiende a secarse (y a saber a calcetines sucios).
Además, los hornos tradicionales retienen el sabor de la comida: el calor rodea la comida y vuelve al centro, razón por la cual las orillas de las cosas que horneas quedan crujientes y deliciosas (piensa en pizzas, panes o pasteles). Los hornos de microondas no pueden repetir ese proceso.
Al menos, queda claro que los microondas sirven para una cosa: calentar agua.