Allá arriba en el cielo hay un mapa simbólico de los ciclos y procesos del humano, un espejo en el que hemos proyectado ciertos patrones de nuestro consciente en figuras zodiacales. Pero cada quién lo imagina distinto. Dalí lo imaginó con sus característicos tintes místicos y surrealistas, pero este artista llamado Damon Hellandbrand reimaginó cada uno de los signos como un monstruo.
Nuestras historias en las estrellas, nuestro avatar cósmico, es un demonio en la imaginación de Hellandbrand.