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A un lado de los ríos, el hombre construye su civilización. Pero los ríos no sólo son fuente insustituible de vida; son también comunión estética con la naturaleza, como podemos ver en estas impresionantes tomas de distintos cuerpos de agua. Estructuras fluviales aparecen como serpientes (con su S sagrada) quebrándose sobre la topología o trazos líquidos de caligrafía japonesa: la geología es escritura.
Tomas aéreas permiten apreciar la sinuosidad característica de los ríos, ese movimiento seductor del vaíven telúrico, de serpentina mineral siempre caracoleando de un lado a otro, arrastrando la vida. Viajar por encima de los ríos siguiendo sus trayectorias a ojo arquímideo constituye un suave placer.
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(Imágenes vía Mother Nature Network)