Obsesión y zen: hombre crea una ciudad miniatura de cartón, un edificio a la vez

La combinación de la diligencia y la paciencia ha dado grandes frutos para la historia del mundo. Quizá el mejor ejemplo sea el del cartero que tardó 33 años en construir un palacio con rocas que fue recogiendo en su ruta de entrega, o el del hombre que dedicó 7 años a dibujar un secreto laberinto y luego lo guardó en un cajón de su escritorio. Pero el más reciente de estos fortuitos encuentros entre la obsesión y el zen es el del artista escocés Charles Young, quien ha construido una ciudad miniatura, un edificio a la vez, usando sólo rocas y cartón. 

Paperholm es una micrometrópolis llena de grúas, fábricas, carruseles, cabañas de dos aguas y casitas surreales como la que se sostiene de una pata de gallo. Young se inspiró en la increíble serie de fotografías de Bernd y Hilla Becher llamada Typologies, pero su trabajo es un riguroso collage estético de las construcciones que ha visto a lo largo de su vida.  

Su plan urbano no tiene plan maestro, pero espera que cada uno de los edificios llegue a formar un circuito unificado y blanco algún día. Finalmente ya tiene casi todo lo que una ciudad funcional requeriría, y lo que no tiene, como un cuerpo de agua por ejemplo, está sugerido en las rocas sobre las que se sostienen algunas casas con muelle. Su Paperholm es también un recordatorio de que el tiempo y la diligencia pueden convertirse en una hermosa metrópolis personal.

 

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