Lo refinado no es sólo una cuestión de elegancia, sino también de comida. Para esta serie de tierras fantásticas artificiales, el dúo fotográfico Barbara Ciurej y Lindsay Lochman construyen paisajes de alimentos ultrarefinados que imitan –en todos los sentidos– a la naturaleza.
Para las artistas los alimentos no sólo contienen valor nutrimental, sino también cultural. Cuando lo que comemos está altamente procesado o despojado de algo, enfrentamos peligros tanto de salud como de recursos naturales.
Todas las fotos de Vistas procesadas son de estudio, y los elementos fueron encontrados en supermercados populares. Lo surreal, ficticio, futurista y utópico de las fotos no es casualidad: todas están inspiradas en visiones del Oeste americano de Carleton Watkins, pero en lugar de hablar del gran paisaje americano, hablan del capitalismo rampante. Y aunque sumamente seductoras –como lo es por excelencia la comida chatarra– son promesas vacías, cada una más plástica que la anterior.