Hermana del Primer Ministro de Francia superó adicción a la heroína con ayahuasca

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Giovanna Valls en su casa en Barcelona. IMAGEN: LA VANGUARDIA[/caption]

En la última década ninguna sustancia psicodélica ha crecido más en popularidad y en interés que la ayahuasca, el milenario brebaje amazónico. En medio de una incipiente industria del turismo psicodélico, películas de Hollywood y artistas que la promueven y promesas de visiones divinas y sanaciones milagrosas, hay algo que parece contundente más allá del "hype": la ayahuasca es una herramienta poderosa para tratar las adicciones. Junto con la ibogaína, es posible que no existe una sustancia y un método más efectivo en la actualidad para tratar la patología desarrollada por el abuso de drogas y las condiciones mentales que la acompañan. La evidencia sigue apilándose: aquí pueden consultarse algunos estudios con resultados positivos; Gabor Maté, uno de los expertos en adicciones más reconocidos del mundo, considera que la ayahuasca puede "revolucionar" el tratamiento de las adicción y desde hace años ha realizados retiros con este fin; el etnobotánico Dennis McKenna cita estudios en los que se muestra que las personas que ingieren ayahuasca frecuentemente tienen niveles más altos de serotonina, un neurotransmisor cuya deficiencia suele estar involucrada en la depresión. A esto se suma el caso de Giovanna Valls, la hermana del actual Primer Ministro de Francia.

Giovanna Valls tuvo una larga adicción a la heroína; logró interrumpirla pero se reenganchó a los 38 años de edad cuando vivía en Barcelona. Su adicción le hizo contraer VIH, hepatitis C y le costó varios viajes a prisión. Después de tocar fondo, según narró en la Conferencia Global de Ayahuasca en Ibiza este año, un doctor le aconsejó viajar a Brasil en búsqueda de la medicina de la ayahuasca (palabra que significa "viña de la muerte").

Durante su tratamiento, Vall cuenta que tomaba ayahuasca una o dos veces por semana “siempre con un control, siguiendo un ritual e integrándolo en la experiencia”, y en la actualidad la sigue tomando con periodicidad mensual: “La ayahuasca me ayuda a encontrar herramientas para seguir luchando; gracias a esta sustancia he aprendido a abrirme, a tolerarme a mí misma, y la uso como una herramienta de crecimiento personal”. Valls habla de la sustancia como "una inteligencia que debe respetarse" y enfatiza la importancia de la guía y el contexto ceremonial, el famoso "set and setting" que notó el Dr. Tim Leary.

Sus experiencias luchando con las drogas son narradas en el libro Aferrada a la vida, publicado en español, celebrado como un valiente testimonio que busca trazar un puente de empatía y recursos para personas que sufren este profundo conflicto psicopatológico. Advierte, sin embargo, que "hay que ser muy cauteloso: yo no soy nadie para dar consejos, sólo expongo lo que me ha servido a mí".

Cuando se le pregunta sobre si su experiencia podría influir en su hermano Manuel Valls y posiblemente llevarlo a legalizar el consumo medicinal de la ayahuasca u otras plantas psicodélicas, Giovanna marca su distancia, aunque afirma que Manuel --quien no le ayudó especialmente mientras luchaba con su adicción--  ha leído su libro y se ha mostrado conmovido.

 

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